Eduardo Paz
Edición Impresa | 7 de Septiembre de 2018 | 03:50

El radicalismo platense lamentó el fallecimiento de Eduardo Paz, ocurrido luego de una prolongada enfermedad. Solidario y dueño de una energía que no logró vencer ni el mal que padeció durante años, fue un impulsor permanente de iniciativas que buscaban la inclusión de diferentes sectores de la comunidad. Tenía al morir 49 años.
Descendiente de uno de los fundadores de la ciudad de Ensenada, fue el hijo menor de Lilia María González y Eduardo Paz Cestino. Creció junto a sus hermanos Alejandro y Enrique -este último se había radicado en Italia y falleció en ese país-. Luego de completar los estudios secundarios, estudio locución y periodismo, pero no llegó a recibirse e ingresó, cuando todavía era muy joven, al Concejo Deliberante de La Plata, donde asesoró en diversos temas durante más de una década.
Proveniente de una familia de radicales (su madre fue la presidenta del Bloque de Concejales de la UCR de La Plata en el retorno de la democracia y su padre encabezó el Comité Provincia de Neuquén), abrazó el ideario de Hipólito Yrigoyen con una fuerte convicción y un particular fervor. En su trayectoria como militante acompañó la banca del ex edil Fernando Gando.
Siempre estuvo del lado de las causas sociales, y en ese sentido militó también en movimientos como LGBTTT -Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Transexuales y Travestis- y en Ammar -Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina-. También se preocupaba por los derechos de las personas discapacitadas y fue, por caso, un infaltable colaborador de la Biblioteca Braille. Para ayudar a esa institución fue oportunamente un insistente promotor de la instalación de semáforos sonoros en las principales calles de la Ciudad.
No tuvo hijos, pero estableció con sus cinco sobrinos un fuerte y afectuoso vínculo.
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