Angustiosos momentos tras el ataque: “Parecía el fin del mundo”

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El cielo se tornó gris y las sirenas pusieron fin al silencio de quienes no entendían qué pasaba. El coche bomba activado en una academia policial en el sur de Bogotá inundó de pánico e indignación un país que busca pasar la hoja de la violencia.

“Cuando nos dimos vuelta a mirar a la escuela, estaba el cielo gris de humo. La gente corría, las sirenas... horrible, parecía el fin del mundo”, explicó la comerciante Rosalba Jiménez (62). En su taller de confecciones, donde los estudiantes de policía compran su ropa, no quedó un vidrio sano. Pero tuvo suerte: ningún allegado fue afectado por el ataque.

Cerca de las 9.30 de la mañana los vecinos de la Escuela de Oficiales General Francisco de Paula Santander sintieron una explosión estruendosa que recordó las épocas del narcoterrorismo de Pablo Escobar hace más de dos décadas o cuando la disuelta guerrilla FARC seguía en su alzamiento armado.

Una camioneta Nissan Patrol modelo 1993 cargada con 80 kilos de pentolita explotó en la entrada del centro formativo, según la fiscalía. “Yo veía que todos los cadetes corrían hacia la escuela”, afirmó Berta Tucen (62), a quien la explosión le rompió las ventanas y le levantó las tejas de su almacén. “Era un caos completo”.

Aunque las autoridades no ahondaron en la detonación, los agentes policiales de la zona mencionaron que un perro antiexplosivos detectó la carga. Al verse descubierto, el conductor aceleró y atropelló a un policía. Tres uniformados siguieron detrás del vehículo, que a los segundos explotó y habría acabado con la vida de José Aldemar Rojas Rodríguez, identificado por la fiscalía como autor material, y de los perseguidores.

Mauricio Cárdenas pedaleaba por la vía exclusiva para ciclistas aledaña a la escuela. Afirmó que segundos antes del estruendo, vio a uniformados de la academia hacer la señal de “pare” a un coche. “Al rato se produjo la explosión”, señaló este técnico de 53 años. “Ahí mismo cerraron y llegaron motos de policía y de todo y empezaron a cerrar” el lugar, apuntó.

Ni las autoridades ni los ciudadanos se aventuraban ayer a señalar un responsable. Con las FARC transformadas en partido, en Colombia solo operan los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de la otrora guerrilla comunista y bandas narco de origen paramilitar. (Juan Sebastián Serrano / AFP)

 

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