El tabaquismo en el país, más femenino y más pobre
Edición Impresa | 31 de Mayo de 2019 | 01:51

Cada año mueren 44.000 personas en la Argentina por causas vinculadas al consumo de tabaco, según datos de la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, que alertó, además, que el 22,2 % de la población adulta fuma, una de las tasas más altas de la región de las Américas. A estos datos preocupantes, que se difunden con motivo de conmemorarse hoy el Día Mundial Sin Tabaco, se suman otros que también inquietan: según la misma encuesta, todavía el 21,8 % de la población adulta está expuesta al humo de tabaco ajeno en los lugares de trabajo y el 21,5 % en bares y restaurantes.
Los niños y niñas comienzan a fumar a los 12 años en promedio y uno de cada cinco jóvenes de 13 a 15 años fuma. En cambio, las adolescentes fuman un tercio más que los varones.
En sintonía con la tendencia mundial, el consumo se está desplazando de varones a mujeres y de niveles socioeconómicos altos a bajos, por lo que se observa un crecimiento sostenido de la mortalidad femenina por cáncer de pulmón y un 25 % de mayor consumo relativo en adolescentes de población vulnerable con respecto a los de altos ingresos.
Aumentar los impuestos a los cigarrillos, regular la publicidad e incluso prohibirla por completo e impulsar demandas colectivas contra las empresas, son las acciones más efectivas en la lucha contra el tabaquismo en la Argentina, que tiene “uno de los índices más elevados de consumo de la región”, aseguraron funcionarios y especialistas.
“En los últimos tres años se han tomado medidas fiscales muy proactivas para reducir el impacto del tabaquismo. Las medidas fiscales son las más costo-efectivas para reducir el consumo de tabaco y sus consecuencias”, destacó el secretario de Gobierno de Salud Adolfo Rubinstein.
No obstante, advirtió que “lamentablemente no tenemos aún la ratificación parlamentaria para que Argentina se adhiera a la Declaración del Convenio Marco para el Control del Tabaquismo”, pero eso no quita “que sigamos bregando para lograrlo”.
Ignacio Drake, coordinador del Programa Nacional de Control de Tabaco, recordó que en 2016 y 2017 el Gobierno modificó los impuestos al tabaco “introduciendo una perspectiva de salud”.
Para la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Verónica Schoj, la reforma fiscal de 2017, “no está cumpliendo con su objetivo sanitario ni recaudatorio, debido a medidas cautelares interpuestas por tabacaleras que no están pagando el impuesto mínimo sumado al descenso de la alícuota de impuestos internos de 75 a 70”.
La Secretaría de Salud aseguró que junto con la AFIP viene apoyando una estrategia judicial para responder a las medidas cautelares de las tabacaleras y “dar una discusión de fondo que contemple la perspectiva de protección de la salud pública en las políticas fiscales de tabaco”.
Marita Pizarro, codirectora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina, sostuvo que “el precio de los cigarrillos en la Argentina es uno de los más bajos en la región, lo que hace que sean muy accesibles al consumidor”.
En noviembre de 2018, la FIC publicó un informe en el que concluía que el precio de los cigarrillos subió un 20,12 por ciento contra un 32,40 por ciento de inflación acumulada entre enero y septiembre por lo que “fumar se abarató en comparación con otros productos, como los alimentos”.
Otro eje central de esta lucha es la regulación de la publicidad: “Avanzar en prohibición completa de publicidad es clave para ponerle límite a la industria tabacalera en la promoción de sus productos”, sostuvo Pizarro.
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