La sombra de “Game of Thrones”: los productores facturan y las estrellas padecen
Edición Impresa | 2 de Junio de 2019 | 03:47

Esta semana, los fans de “Game of Thrones” se entristecieron con la noticia de que Kit Harington, Jon Snow en la ficción televisiva, ingresó en una clínica de Conneticut para tratar “problemas personales”. Emilia Clarke, Maisie Williams y Sophie Turner, coprotagonistas del show de HBO, ya habían contado los padecimientos que les trajo ser parte de esta exitosa producción.
Según informó como primicia el portal Page Six, el actor aprovechó el desenlace de la exitosa serie de HBO para retirarse en una clínica Privé-Swiss para intentar combatir problemas con el estrés y con el alcohol.
Después, el representante del intérprete difundió un comunicado en el que señaló que Harington “ha decidido utilizar el descanso de su calendario como una oportunidad para pasar tiempo en un retiro de bienestar”.
Así el actor trabajará en “algunos problemas personales”, según apuntó su publicista, quien indicó además que Harington ingresó en la clínica de Conneticut el 19 de mayo, justo el día del final de “Game of Thrones”.
Tras ocho temporadas interpretando a Jon Snow, el actor ya había revelado en una entrevista anterior concedida a Variety que se sentía “muy inseguro” y “no hablaba con nadie”. “En aquel momento, empecé a ir a terapia y comencé a hablar con la gente”, declaró.
“Tenía la sensación de que debía sentirme la persona más afortunada del mundo cuando, en realidad, estaba muy vulnerable”, continuaba el actor, que admitió que sus “momentos más oscuros” llegaron cuando Jon Snow se convirtió en uno de los protagonistas indiscutibles de la serie.
“No me gustaba que el foco de la serie se pusiera en Jon”, insistió. “Cuando te conviertes en el cliffhanger de una serie de TV, el foco que se centra en ti es verdaderamente terrorífico”, concluyó Harington.
El actor ya mostró en el documental “Juego de Tronos: La última guardia” el impacto que tuvo en él el final de la aclamada ficción televisiva. Sus lágrimas tras conocer el destino de Jon Snow son el reflejo de un período que se ha extendido durante ocho temporadas y más de diez años, con una presión continua que ha llevado a Harington a tratamiento.
NO ES EL ÚNICO
Pero Harington no es el único actor de “Game of Thrones” en haber revelado problemas de salud recientemente.
Emilia Clarke, que encarnó a Daenerys en la ficción, confesó en marzo a la revista New Yorker que sufrió dos aneurismas mientras rodaba la serie. “Pensé que iba a morirme”, aseguró la intérprete británica.
En aquel entonces, Clarke atribuyó el aneurisma a la exposición pública que sufrió con la primera temporada de la ficción basada en la saga literaria “Canción de hielo y fuego” de Geroge R. R. Martin. “Nunca he contado lo que me ha sucedido públicamente, pero ahora creo que es el momento. Estaba aterrada por la atención, me vi envuelta en un negocio que apenas entendía, por cumplir que la confianza que los creadores de la serie habían depositado en mí”, escribió.
“Me sentí expuesta, en todos los sentidos”, reveló Clarke, explicando que, sabiendo que era mucha presión, decidió contratar a un entrenador personal para reducir la carga de estrés. De hecho, la actriz que interpreta a Daenerys Targaryen, ha comentado que fue durante una de las sesiones con el coach, cuando empezó a sentir los síntomas del aneurisma. “Sentí como si una banda elástica me estuviera apretando el cerebro. Quise ignorar el dolor pero fue demasiado para mí, le pedí a mi entrenador tomarme un descanso”, explicó.
“Apenas llegué al vestuario, me caí de rodillas y comencé a devolver de forma muy violenta, mientras sentía que el dolor se agudizaba. Era consciente de lo que estaba ocurriendo: que algo le pasaba a mi cerebro. Me decía a mí misma que no estaba paralizada, intentaba mover las manos y los pies”, detalló Clarke, comentando que fue una mujer la que la encontró en semejante estado y llamó a una ambulancia. “Nadie sabía qué me sucedía, ni los médicos ni los enfermeros, nadie podía darme un medicamentos para aliviar el dolor. Fue cuando me hicieron una resonancia magnética cuando lo encontraron”, dijo la actriz.
Efectivamente, los médicos descubrieron que Clarke había sufrido un aneurisma, una dilatación en una de las arterias del cerebro que, en caso de romperse, puede provocar una hemorragia que desencadena en muerte. De hecho, la ruptura arterial provoca el fallecimiento en un tercio de los pacientes que son víctimas de un aneurisma.
“Para los pacientes que sobreviven, es necesario un tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un alto riesgo de una segunda hemorragia, que puede ser mortal. Si quería vivir y evitar horribles secuelas, tenía que operarme”, remarcó la actriz, explicando que, pese a la gravedad de la situación, sintió que “no tenía tiempo” debido a los compromisos que tenía con la popular serie de HBO.
Fue en el propio hospital, durante el proceso de recuperación, cuando a la actriz le descubrieron un segundo aneurisma, situado en el lado del cerebro. Debido a que era un tamaño mucho menor, no fue necesaria una segunda intervención quirúrgica en ese momento, aunque en 2013, mientras representaba “Desayuno con diamantes” en Brodway, tuvo que someterse a una operación, debido a que la arteria del segundo aneurisma había duplicado su tamaño.
Y HAY MÁS
Sophie Turner, que dio vida a Sansa Stark, aseguró en abril pasado haber sufrido una depresión desde hace “cinco o seis años” en los que “solía pensar mucho sobre el suicidio”, debido a la sobreexposición a la que le sometía la serie en su adolescencia.
La joven, de 23 años de edad, afirmó en el podcast del presentador Dr Phil que, aunque ella decía no estar deprimida, “solía pensar sobre el suicidio mucho cuando era más joven. Aunque no sé por qué. Quizá fuera solo una extraña fascinación, pero sí, pensaba en ello”.
Turner matizó que, aunque no “cree que lo hubiera llevado a cabo”, formaba parte de los síntomas de una profunda depresión que sintió mientras grababa la serie, lo que le alejó de una adolescencia normal.
“No podía creer que me iban a pagar por trabajar en ‘Game of Thrones’. Todo era increíble, pero empezó a ir cuesta abajo, creo, cuando llegó la pubertad y a los 17 mi metabolismo se ralentizó enormemente y comencé a engordar”, declaró Turner.
Además, la sobreexposición mediática, sobre todo el “escrutinio” en las redes sociales, no hizo nada más que empeorarlo: “Ves diez comentarios buenos y los ignoras, pero uno negativo te destroza”.
Turner se sentía “sola” en un momento en que todos sus amigos acudían a la universidad mientras que ella seguía viviendo con sus padres y trabajando en la producción de HBO: “No tenía motivación para hacer nada o salir. Incluso con mis mejores amigos, yo lloraba, lloraba y lloraba”.
Maisie Williams, quien le puso el cuerpo a la rebelde Arya Stark, confesó, por su parte, que sufrió mucho por culpa de las redes sociales y la presión de los fans sobre el show que protagonizó.
“Me afecta mucho porque hay un feed constante en tu bolsillo de lo que la gente piensa de ti. Es imposible hacer la vista gorda”, dijo semanas atrás, y contó: “Cuando la gente está en las redes sociales piensa que lo que escriben no será leído por nadie, pero sí lo es. Y les afectará durante mucho tiempo. Cuando me siento a mí misma cayendo a través de una madriguera, llega un punto en el que casi anhelas algo negativo para que puedas sentarte en un agujero de tristeza. Es realmente extraño cómo comienza a consumirte”.
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