“Rompan todo”: las razones por las que el documental de Netflix genera furia tuitera y rockera

La serie que retrata la historia del rock latino provoca desde la semana pasada un terrible debate. Santaolalla, el apuntado

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

“Decime que hago, Billy Bond, ¿rompo la tele?”, tuiteó Richard Coleman sobre “Rompan todo”, la serie documental de Netflix que en seis episodios hace un repaso somero por la historia del rock latinoamericano y que ha hecho arder la tuitósfera en los últimos días.

Era de esperar, claro: la pantalla de Netflix es la más grande del mundo, y cuando millones de latinoamericanos accedieron hace una semana a la serie, todos quisieron opinar. El ruido era esperable: el rock es pasión y a nadie le gusta que sean injustos con aquello que aman. Es como que te toquen a “la mamma”, o al club de fútbol: con eso no. Pero, más allá del esperable disenso, se desató en las redes una oleada de críticas furiosas que van más allá de olvidos puntuales y señalan a Gustavo Santaolalla, productor de la serie, por haber acaparado la serie con la palabra y con las bandas que produjo.

“Es un infomercial de Santaolalla”, lanzó un usuario indignado, por ejemplo: Santaolalla, además de producir el documental, es uno de los entrevistados, y ese doble rol es para muchos lo que provocó un montaje de las más de cien entrevistas de ilustres rockeros hacia una historia del rock dominada por las producciones del argentino que hizo escuela en el mundo. Algo de eso hay: varias bandas de Santaolalla parecen haber inventado la pólvora, a numerosos combos centroamericanos se les dedican muchos minutos de pantalla mientras otros grupos fundamentales quedan al margen. Soda Stereo, banda fundamental para hablar del concepto de “rock latino”, tiene su lugar, pero solo se retratan sus inicios; lo de los Redondos es peor, relegados a la coda de un episodio casi por obligación (no podían faltar); ¿dónde está Cemento?; ¿dónde está la movida indie rockera que se gestó después de la tragedia de Cromañón?

Ahora, omisiones no iban a faltar: contar la historia de un movimiento de 50 años en una decena de países, en apenas seis episodios, es imposible sin dejar afuera algunos nombres pesados. Así, más allá de ciertas omisiones casi flagrantes, correr al documental por no ser una enciclopedia parece una tarea hecha para fans obsesivos y despechados, condenada desde el principio. Lo que la tuitósfera señaló es la correlación entre los olvidos y Santaolalla, fogoneados además por uno de los momentos más comentados de la serie: cuando Santaolalla corre por izquierda a Charly.

El productor afirma en un momento que la canción de Serú Girán “Mientras miro las nuevas olas”, escrita contra la new wave y otras modas musicales, colocaba a Charly en un lugar conservador, contra lo nuevo, mientras que Santaolalla se encontraba en aquel entonces explorando afanosamente los nuevos sonidos con Wet Picnic, que, al final, se lleva más tiempo de pantalla que, por ejemplo, “La balsa”, hito del rock en castellano, comentada brevemente durante dos o tres minutos.

Fue tal el lío que se generó por ese momento de “Rompan todo” que Santaolalla tuvo que salir a aclarar los tantos en las redes sociales con una larga carta. “Aunque hoy sea difícil de creer, cuando Aníbal y yo cambiamos (hacia la new wave) no se pueden imaginar cuánta gente del rock que antes nos seguía o conocía dijo: ‘¿Qué les pasó?’. El rock, aparte de haber sufrido de misoginitis aguda por mucho tiempo, ha sabido ser bastante conservador”, tira en el texto. “Es en ese contexto, que alguien a quien yo consideraba y considero de lo más grande que nuestra música y movimiento han dado, se manifestara en una canción diciendo: ‘Mientras los demás miran las nuevas olas yo ya soy parte del mar”, me chocó. Simplemente eso. Me chocó. Siempre pensé que Charly era alguien que el público miraba y escuchaba con suma atención. Y que de alguna manera reducir la importancia de algo nuevo, tan poderoso y necesario para nuestro movimiento, no era una impronta que condecía con él y lo que siempre había representado”.

“¿Cómo terminó esa historia? Charly vino a las grabación de mi disco, hablamos, nos dimos cuenta que ni lo de su letra era tan grave ni mi molestia tan importante. Escuchamos varios temas, nos abrazamos como se podía en esos tiempos y ya. Se acabó. Hay cosas que no se rompen”, contó el Rey Midas del rock latino.

La serie documental tiene también otros problemas (“oficial” hasta el aburrimiento, cero rockero, el producto diluye el debate sobre el presente del rock imaginando una mutación hacia los ritmos urbanos, que tiene su propia historia, y agrega un epílogo que pondera el futuro femenino del rock que borra las huellas de la discriminación de años y también las de la lucha feminista por romper el techo de cristal) no solo enojó a los fans.

Pero en el eje de todo quedó Santaolalla, productor y ahora villano número uno de los rockeros viejos. Hasta un gran amigo suyo, Andrés Calamaro, salió a atacarlo en Twitter: “Se por qué falta lo que falta, conozco a todos, además de la historia porque la escribimos nosotros. Son celos (entre productores), más que intereses económicos, quizás un poco de estrategia ... rara. Los que faltan son los éxitos artísticos de Álvaro Villagra, Cachorro López, Joe Blaney, los míos propios, los de Gustavo Borner, los independiente y los de Warner. Saint es muy buen amigo mío pero es como es”.

“En el documental no está Pop Art, ni Warner, ni el Bebe... ni Cachorro, ni Álvaro Villagra... Ni cosas independientes como La Renga, Los Piojos o Hermética, que son las mejores letras de la historia con las de Indio Solari”, agrega. Faltan, comentaron además varios medios, las historias del rock en varios países, y en Colombia parece aparecer de repente el rock a fines de los 80. El punk está casi fuera de escena. Y más protagonismo para Luca: “Luca cambió todo, el más influyente lejos”, disparó el Salmón, al respecto. Y las polémicas pueden seguir. Al infinito y más allá. Porque Netflix es la principal pantalla del mundo: entonces, a nadie le gusta quedar afuera de lo que es la historia oficial del rock...

 

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