Elena Roger: “Antes la mujer ocupaba un rol y el hombre otro, pero con Mariano somos iguales”

La actriz y cantante, que rodó hasta ayer una película en nuestra ciudad y que presentará este mes un disco sobre canciones de María Elena Walsh, cuenta cómo concilia la familia con una agenda muy ocupada

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

“Siempre es bienvenido filmar una película, con todas las dificultades que tiene filmar acá: lo logramos, los que filman son héroes”, dice Elena Roger, ya sin el raído camisón que vistió para la última escena de “1986”, filme de Mauro López, y mientras se prepara para ir a descansar en un pequeño bache de las grabaciones: amable y sonriente, se la nota también algo cansada, quizás emocionalmente drenada tras filmar una escena fuerte en la cinta que mezcla drama familiar claustrofóbico con elementos fantásticos y de terror; quizás ya desgastada por un rodaje corto pero intenso, que transita sus días finales, y que concilió con sus actividades como cantante y su vida en familia con Mariano Torre y sus dos criaturas, Bahía y Risco.

Es que Roger atiende a EL DIA el anteúltimo día de un rodaje que cerró el sábado, y que la obligó a viajar de su casa en Buenos Aires a City Bell, todos los días, aunque la actriz y cantante dice que no es el viaje, que como vive en el sur no es tan duro, lo que mata, sino que “lo que mata en los rodajes son las medialunas”.

Roger aceptó, sin embargo, el desafío de resistir las panificaciones tras recibir el guión del platense López porque “hacía mucho quería hacer una película de género”, y así se embarcó en una historia de la que nadie en el set quiere contar demasiado, pero que tiene lugar en una casona citibelense, en la década del 80, con la tensa dinámica de una familia conservadora en una cinta donde irrumpen los elementos fantásticos “creados más por la cabeza de los personajes, que por otra cosa”.

“Hoy, todo el tiempo se trata de equilibrar, es un deber pensar en la mujer. Y es lindo, porque muchas mujeres han sufrido, y siguen sufriendo, las consecuencias del patriarcado”

 

“Me encantó la oscuridad que tiene mi personaje, Romilda. Que además se llama como se llama mi mamá: esta película está llena de coincidencias, esta casa es la casa de la familia de una amiga mía, algo bastante gracioso”, cuenta Roger sobre el proyecto de López, segundo trabajo del director de “Armonías del caos” (2016), que marca su reunión con Luis Ziembrowski, con quien compartió el set de su primera película, “Un amor” (la película de Paula Hernández que se puede ver, por otra de esas casualidades, gratis en la sala Eco Select del Islas Malvinas, a las 21, hasta el miércoles), y también con Virginia Innocenti, con quien compartió su única tira televisiva, “Hombres de honor”, en 2005.

Para aquel trabajo, filmado cuando Roger todavía no era la figura internacional que es hoy, la convocó Adrián Suar, tras ver su musical “Mina...Che Cosa Sei?!?”, en el que homenajeó a la cantante italiana Mina Mazzini. Sería la única vez de Roger en tele: “Después pasó todo lo de Evita, y ya no volví”, dice la oriunda de Barracas, de 43 años. “Todo lo de Evita” es, claro, su rol protagónico en el musical de Andrew Lloyd Weber para su reestreno en Londres, en 2006 (luego se mostraría también en Nueva York), que la lanzó al estrellato y le valió una nominación al prestigioso Premio Olivier. Tres años después, homenajeando a otra mujer clave en la historia, Edith Piaf, ganaría el premio.

CON ESCALANDRUM

Ganadora del Konex de Platino a mejor actriz de musical de la década 2001-2010, el musical es el medio que mejor resume los talentos de Roger, actriz que en paralelo a sus éxitos en escena desarrolló una carrera musical que incluyó un recorrido por el rock nacional, dos de versiones de clásicos de la música popular y su reciente alianza con Escaladrum, sexteto que fusiona jazz, tango y folclore y que conduce Daniel “Pipi” Piazzolla, nieto de Astor.

Roger prestó su voz para “3001 - Proyecto Piazzolla”, realizado junto al sexteto en 2016, tras lo cual vendrían varias giras juntos. El año pasado Roger volvió al estudio con Escalandrum para grabar dos discos sobre el repertorio de María Elena Walsh, que verán la luz este mes.

“Hicimos un disco para adultos que se llama ‘Como la cigarra’ y un disco para niños que se llama ‘El reino del revés’, a partir de ese repertorio que es inmenso, infinito, y todo es fantástico”, cuenta la cantante. Roger y Escalandrum “teníamos ganas de trabajar en un proyecto juntos”, cuando surgió la posibilidad de acercarse al repertorio de María Elena Walsh, que hubiera cumplido este año 90. “Estuvo buenísimo, porque nos encontramos con un repertorio muy lindo. Y todos tenemos niñes, una nueva generación para mostrarle estas canciones”, dice.

“Toda nuestra generación conoce mucho los temas para chicos, los de grandes hay que buscarlos un poco y nos encontramos con un repertorio muy duro y muy interesante. Y con la formación de siempre de Escalandrum y su de jazz se pudo combinar muy hermoso los arreglos con Nicolás Guerschberg”, adelanta Roger: del proyecto se dieron a conocer la semana pasada los primeros dos sencillos, que dan nombre a cada uno de los discos: “El Reino del Revés” abre el álbum para niños, y “Como la Cigarra” integra el disco para grandes.

Los álbumes conforman el “Proyecto María Elena Walsh”, que Roger presentará con el sexteto en el porteño teatro Coliseo, el 11 de junio (ya están a la venta las entradas), y contienen clásicos para los más grandes como “Oración a la justicia”, “El valle y el volcán”, “Alba de olvido”, “El Barco Quieto”, “Canción de cuna para un gobernante”, y grandes himnos del cancionero infantil como “La vaca estudiosa”, “El Twist del Mono Liso”, “Manuelita” (“obvio”, dice Roger) y “El país de Nomeacuerdo”, “que no sabíamos bien si es para niños o para adultos... porque ella no da puntada sin hilo, es tremendo. Ella hablaba, y hablaba fuerte”.

Es que en el mundo fantástico y subversivo de las canciones para chicos de Walsh aparecen algunas carcajadas sobre la coyuntura. No parece casual, por ejemplo, que “El reino del revés” haya sido publicada en 1963, año en que asumía Illia tras el derrocamiento de Frondizi en 1962. La democracia en el reino del revés duraría tres años...

“Walsh es una gran figura”, afirma Roger sobre la decisión de abordar su potente cancionero. “Ha quedado muchísimo por contar de esta poeta, escritora, pensadora, vanguardista, una de esas mujeres que abrió caminos para muchos”, agrega quien viene de participar en el homenaje de otra pionera, Mercedes Sosa (“con su voz tan particular hacía que todo suene tan bello”), en el marco del Festival Únicos.

¿Un momento de revisionismo para la música argentina, en el marco del avance de los derechos de la mujer? Elena Roger dice que los repertorios “ya se venían revisando”, pero agrega que “lo que me gusta del momento es que ahora cuando hay un concierto se fijan: ¿cuántas chicas tengo en la orquesta, cuántas cantantes elegí? Todo el tiempo se trata de equilibrar, es un deber pensar en la mujer. Y es lindo, porque muchas mujeres han sufrido, y siguen sufriendo, las consecuencias del patriarcado”.

AGENDA AJETREADA

Así vive Elena Roger, entre el set de rodaje, el estudio de grabación y el escenario. Una vida ajetreada que, además, tiene que coordinar con su vida familiar, la que construyó junto a Mariano Torre, con quien sostiene una relación basada en la honestidad que algunos llaman “abierta”. “Tenemos una relación libre, pero no es que salimos de joda y nos acostamos indiscriminadamente”, había intentado aclarar Roger en su momento.

“Siempre es bienvenido filmar una película, con todas las dificultades que tiene filmar acá: lo logramos, los que filman son héroes”

 

Con Torre, Roger tuvo dos hijos que se suman a la ecuación del tiempo disponible. Al terminar el día, dice, por ejemplo, dejará el rodaje para volver tarde a su casa, pero nada de irse a la cama derecho: “Hay que ir a atender a los niñes, a jugar a las cartas, a mirar una película con ellos, a que el otro descanse un poco, porque ya tiene quemada la cabeza. Es difícil, es muy agotador”, se ríe.

“Recuerdo que antes, cuando tenía un concierto, dormía por lo menos nueve horas, podía llegar a quedarme en la cama doce horas, hasta que mi cuerpo no pudiera más de estar en la cama, descansaba, vocalizaba, no hablaba, hacía mis técnicas, me preparaba... Ahora hago tantas cosas en el medio, no duermo nueve horas, me levanto y ya tengo que andar pegando gritos, calmando a uno...”, comenta entre risas, aunque se ataja: “Pero es divertido también”.

Torre también es actor y cantante (y director), lo que implica que a la hora de aceptar proyectos se pone en marcha una compleja ingeniería para atender a los chicos. “Hay toda una logística familiar que se pone en funcionamiento todo el tiempo, para que los dos podamos hacer las cosas que queremos hacer”, cuenta Elena. “Creo que hemos logrado un equilibrio, hasta el momento: hay cosas que no podemos hacer, pero las cosas muy importantes, que nos recontra gustaría hacer, que valen la pena un sacrificio, los dos las entendemos y nos acompañamos”.

Y en esto, dice, “siento que no es como antes, que había un rol que ocupaba la mujer y un rol que ocupaba el hombre: nosotros somos los dos iguales, con nuestras diferencias, pero iguales en el sentido de que tenemos las mismas posibilidades, el mismo acompañamiento. Eso está bueno”.

 

Elena Roger
María Elena Walsh

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