La vianda escolar, un reto que exige ingenio y planificación

La vuelta a clases pone a prueba los recursos familiares para garantizarle a los chicos una buena alimentación. Consejos de especialistas para no claudicar en el intento

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Tras semanas de vacaciones, horarios flexibles y distensión, el regreso a clases vuelve a poner a prueba la capacidad de muchas familias para garantizarle a los chicos una buena alimentación también fuera del hogar. Por eso, para que la vorágine cotidiana no termine arrasando con las buenas intenciones, especialistas en Nutrición recomiendan tener presente algunos consejos y apostar sobre todo a la planificación.

Lo primero es “no saltear el desayuno. Esta es una comida muy importante porque es la primera ingesta después de muchas horas de ayuno, por lo que el cuerpo necesita reponer todo ese combustible que utilizó durante la noche. Cuando se saltea el desayuno, aumenta el cansancio, el sueño, y disminuye la energía y la capacidad de concentración, afectando el rendimiento escolar”, resalta la licenciada en Nutrición Melany Carlovich, quien recomienda tener listos budines, muffins y otros alimentos saludables para que los chicos consuman antes de salir.

VARIEDAD Y BUENA HIDRATACIÓN

“Los chicos pasan hoy mucho tiempo fuera de sus casas, por eso las viandas tienen rol un fundamental. ¿Un buen consejo para los padres? Organizar el menú en forma semanal y dejar lista la vianda la noche anterior. Y a la hora de elegir el contenido hacerlo de forma variada y armónica de manera tal que incluya los seis grupos de alimentos (carnes, cereales, frutas, lácteos, verduras y grasas de buena calidad) acompañados por una correcta hidratación, preferentemente, con agua”, señala por su parte la médica especialista en Nutrición Virginia Busnelli.

“Siempre debemos tener en cuenta que luego del almuerzo, los chicos siguen con actividades y esa comida es clave para reponer energías. Por eso hay que prepararles cosas que sabemos que van a comer. Si no lo comen en casa, no es aconsejable enviárselas para que coman en el colegio. Esto conduce a dos opciones: o picotear alimentos ricos en azúcar, grasa, y sal en los recreos, o quedarse con hambre y sin energía para continuar el día”, comenta Carlovich.

Otra recomendación a tener en cuenta “en caso de prepararles pastas, arroz o alimentos que tienden a resecarse, es agregar algún ingrediente húmedo: queso untable, crema, salsas, aceite. Y si el almuerzo va a contener alimentos que se calientan y otros que no, enviar en recipientes separados”, aconseja la licenciada en Nutrición.

“No hay que olvidarse tampoco de ponerles una botella de agua en la mochila. La hidratación es fundamental”, señala Carlovich al explicar que “tener una botella a mano facilita a los chicos hidratarse a lo largo de la jornada y disminuir así el consumo de bebidas azucaradas”.

También es recomendable “preparar la comida el día anterior y dejarla en la heladera. Las loncheras conservan el frío, no refrigeran. Por eso es importante que al colocar la comida en ellas ésta se encuentre previamente refrigerada”, señala su colega Cecilia Sánchez.

“No debe en ningún reutilizarse los alimentos que hayan sobrado de la vianda para preparar el menú del día siguiente. De esta manera se evita traspasar posibles bacterias que hayan proliferado a lo largo de todo el día en los alimentos”, agrega la licenciada en Nutrición al señalar que “las loncheras sólo conservan la temperatura durante un tiempo aproximado de entre seis y ocho horas”.

“La educación alimentaria comienza por casa”, coinciden las nutricionistas al señalar que la vianda escolar constituye uno de los terrenos más importantes para poner freno a la creciente epidemia de obesidad infantil que se registra en el país.

 

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