Gastón Florencio Marano

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Los círculos odontológicos de la Ciudad y la Provincia lamentaron la muerte de uno de sus más reconocidos referentes: Gastón Florencio Marano, quien no sólo se desenvolvió como un destacado profesional de la salud bucal sino que participó activamente en las gestiones de diferentes entidades del sector.

Había nacido en esta ciudad el 5 de abril de 1932. Hijo de José Marano y Ángela Grisolía, dos prósperos inmigrantes calabreses que supieron forjarse un futuro en este país a fuerza de trabajo. Fue el menor de nueve hermanos.

Transitó la escuela pública a nivel primario y secundario (en su amado Colegio Nacional) hasta llegar a la Universidad. Educado en el esfuerzo y la perseverancia, para cumplir con la formación superior debió viajar diariamente en tren a la capital federal, ya que por entonces la carrera elegida no se cursaba en La Plata. Se recibió de odontólogo en la UBA el 13 de diciembre de 1956.

Casado con Elisa María Lasheras, de la unión nacieron sus hijos Gastón y Susana, y constituyó así una familia a la que dedicó todo su amor.

Obtuvo tres especialidades: odontopediatría, ortodoncia y organización y administración hospitalaria. Todas formaron parte de la labor desarrollada desde sus inicios en el Hospital Bollini (ex “Instituto de Odontología Infantil”), donde coronó su trayectoria como director ejecutivo.

Tuvo una marcada participación dentro de las distintas entidades profesionales, tanto en la Sociedad Odontológica, como en la Federación Odontológica de la provincia de Buenos Aires. Fue vicepresidente del Colegio de Odontólogos Distrito I; y secretario general del Consejo Superior de la entidad a nivel provincial.

Asimismo, fue director de la Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia en dos oportunidades; secretario general de la Coordinadora de Cajas de Previsión Social para Profesionales de la República Argentina; representante argentino ante la Organización Iberoamericana de Seguridad Social; y director en representación de los jubilados y pensionados de la Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia.

Luego, ya alejado de la actividad profesional, se dedicó a sus pasiones: disfrutar de sus seis nietos y su bisnieto, preparar el asado familiar, escuchar su música preferida (Piazzolla, Pugliese, Goyeneche, Mina), e ir a un café céntrico, todas las mañanas, para encontrarse con viejos amigos y hablar de los temas del día y de Gimnasia, el club de sus amores.

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