Roxette tomó una decisión inesperada al enterarse que sufría una enfermedad terminal

Marie Fredriksson se hizo conocida en todo el mundo por ser la cantante de Roxette, junto a su amigo y compañero Per Gessle. Durante la década del noventa, marcó tendencia entre los y las jóvenes que querían ser como ella.

En 2002, una noticia le sacudió la vida por completo al punto de dejarla sumida en la incertidumbre. Un día como cualquier otro, 11 de septiembre, la cantante volvía de correr con su marido cuando se desmayó en el baño y se golpeó la cabeza. Allí, describió en su momento, empezó “el infierno”. 

Los médicos le dijeron que esa caída había despertado un hematoma subdural y debió ser intervenida quirúrgicamente. Pero el panorama estaba lejos de mejorar. Al tiempo descubrieron que el desmayo lo provocó un tumor cerebral.

Los especialistas le advirtieron que podría tener como mucho tres años de vida. Mientras tanto, su esposo Micke Bolyos y sus hijos Josefín y Oscar que en ese momento tenía nueve y cinco años, no dejaron de apoyarla en ningún momento. 

Cuatro años después, para el 2006, un halo de luz se presentaba en su camino: el cáncer se había ido. Pero al tiempo regresó para ya no irse. Así es que sin vueltas, ya habiendo pasado nueve años desde el triste pronóstico, decidió dejar sus últimos cartuchos en el escenario, junto a su amigo y sus fanáticos. 

Para 2016, “Good Karma” apareció como el décimo disco de la banda. Debido a la debilidad que tenía para ese momento, no pudo haber gira de despedida pero eso tampoco la frenó. Un año antes del lanzamiento de este disco, comenzó a escribir su biografía con la periodista Von Zweigbergk. Finalmente, falleció el 9 de diciembre de 2019.

 

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