La Policía necesita menos burocracia y mayor operatividad en las calles
Edición Impresa | 16 de Febrero de 2021 | 04:01

Una mayor presencia policial en las calles así como un más continuado control por parte de patrulleros y móviles en los distintos barrios constituyen los dos reclamos clásicos de los vecinos de la Región, acosados por una actividad delictiva que no cesa de crecer y que viene afectando, muchas veces de una manera dramática, la calidad de vida de la población.
En ese contexto, ha sido permanente el reclamo reflejado en esta columna para que las autoridades de Seguridad analicen el problema que plantea la gran cantidad de tareas no propias de una fuerza policial que los efectivos deben enfrentar y que, obligadamente, los aparta de sus tareas primordiales de vigilancia en las calles.
Justamente en la edición de ayer se publicó un informe revelador de que la Ciudad cuenta con más de 43 sedes que pertenecen a la Policía, en lo que resulta ser una enorme cantidad de dependencias que no parece ser eficaz a la hora de contar con un blindaje frente a la inseguridad reinante. Ocurre que La Plata, por ser la capital provincial, concentra las reparticiones más importantes de la repartición, sin que ello se traduzca en una mayor seguridad para los vecinos.
Desde el edificio central del ministerio de Seguridad, la estación de Policía Departamental, las comisarías y subcomisarías, los destacamentos, direcciones y la planta transmisora, esa dotación de edficios no cambia la ecuación de la inseguridad: tener más dependencias y más efectivos que otros distritos, no implica contar con menos actividad delictiva.
Cada una de esas oficinas anexas demanda no sólo de personal afectado a su custodia, sino, en varios de esos casos, a la atención de tareas administrativas en los mostradores. Esta dispersión de efectivos debilita la necesaria presencia policial en las calles.
Por razones obvias, la mayor densidad de las sedes de la fuerza se distribuye en el casco urbano y barrios aledaños, con unas treinta dependencias allí radicadas, en una relación que disminuye en la periferia hasta llegarse a zonas en donde los pobladores reclaman por la falta de comisarías cercanas. Pero muchas de las dependencias ubicadas en el centro no se ocupan de combatir al delito, sino de realizar diversos trámites administrativos.
Si, al mismo tiempo, se advierte cómo se conforma la estructura provincial de la Policía –una fuerza con más de 90 mil agentes- se advierte que debe actuar sobre un territorio enorme, con el mando concentrado en La Plata y con realidades regionales notablemente diversas, en especial las que plantean el Gran Buenos Aires y el interior provincial.
En lo que concierne a La Plata, Berisso y Ensenada, corresponde insistir que mientras falta en las calles, la Policía se ve obligada a atender muchas tareas burocráticas. En tanto, se ha dicho ya que distintos vecindarios están apelando al recurso de instalar sistemas de alarmas, luego de que la mayoría de las casas ya exhiben rejas y otras defensas que los delincuentes suelen superar con cada vez mayor facilidad, por cuanto no dejan de aparecer recursos técnicos novedosos para abrir fácilmente rejas y puertas.
Menor peso burocrático, mayor operatividad en las calles. Las voces vecinales, alzadas por quienes conocen perfectamente a sus barrios, están marcando desde hace mucho tiempo los déficits existentes y, además, las soluciones básicas que aparecen como las más eficaces: aumentar la presencia policial en las calles, intensificar los patrullajes, anticiparse al accionar delictivo.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE