Fue a comprar a un kiosco de Romero y una banda que intentó asaltarlo lo baleó

El sangriento ataque fue en 524 bis y 159. La víctima tiene 25 años, vive a 50 metros, y el tiro lo hirió en una pierna. Lo hospitalizaron

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Para un muchacho de 25 años que vive en Melchor Romero, un trámite tan simple como ir a un kiosco que está a pocas cuadras de su casa terminó en un susto mayúsculo, por la certeza de que pudo tener consecuencias trágicas.

Sucede que, desafiando riesgos, lo hizo a las 3 de la mañana de ayer, cuando las calles suelen quedar desiertas. U ocupadas por vecinos que no están precisamente trabajando. Con ellos se topó quien fue identificado oficialmente como Facundo Nicolás Ponce (25).

Según lo informado por la Policía, el joven regresaba de comprar unas cervezas en un kiosco del barrio, cuando al pasar delante de otros muchachos que estaban en moto, en la esquina de 524 bis y 159, fue abordado con fines de robo.

También esos voceros aseguraron que el chico atacado “está internado en el hospital de Romero, pero fuera de peligro”.

“ME DESPERTARON LOS GRITOS”

No está claro si Facundo se resistió o no al atraco, pero lo cierto es que, instantes después de ser interceptado, recibió un balazo en un muslo.

Los agresores escaparon en sus rodados (al parecer andaban en un par de motos), sin que -presuntamente- hayan logrado despojar a la víctima de sus pertenencias.

En la tarde de ayer este diario fue al lugar y pudo establecer que en la vivienda donde Facundo vive con su familia, no había nadie. “Posiblemente hayan ido a visitarlo al hospital”, conjeturó una vecina de esa cuadra.

A pocos metros de allí, Juliana (24) reveló que “a las 3 de la mañana me despertaron los gritos, que luego supe que eran de una hermana del chico baleado”.

“Ella gritaba que le habían pegado un tiro al hermano y pedía la presencia de la Policía y de una ambulancia. Al final, como la ambulancia tardaba, lo cargaron en el auto de la familia y lo llevaron al hospital de Romero”, reflejó Julieta.

Otros vecinos del barrio sostuvieron que la esquina de este asalto divide a los barrios Santa Ana y Los Eucaliptus, donde hubo varios enfrentamientos, y congrega por las noches a “pibes que suelen robar”.

 

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