En la verdulería, clima extremo: suben los precios por la sequía y por la lluvia

En el día a día de las frutas y verduras de estación, parece que este mes el clima “metió la cola” para generar daño -como el diablo- al bolsillo de la clientela de las verdulerías y en particular, a la fuente de la ensalada. Tras el capítulo reciente de los tomates por las nubes, en los últimos días se vino el de la lechuga con variaciones más típicas de su socio en el mercado, el dólar “blue”: con precios que pueden llegar al orden de los 600 pesos, que indica la multiplicación, por 10 o más, del valor con el que puede llegar a los comercios.

Si bien los aumentos alcanzan a buena parte de la lista de los productos vegetales de consumo masivo, los ingredientes de la ensalada más clásica de la mesa argentina aparecen condicionados por otro fenómeno que se siente en el cuerpo en este verano, el del clima extremo. Primero fue una ola de calor que día a día fue rompiendo registros récord de temperatura, según antecedentes de los últimos sesenta años. Las nubes y la lluvia que sucedieron al infierno, pero el alivio llegó a transformarse en una preocupación por el impacto de la humedad persistente sobre los cultivos. Eso sí, la cantidad de agua caída no permitió superarla sequía del último año, que vino con decenas de incendios rurales.

Con todo “si tenés mucha suerte y conseguís una jaula de lechuga en alguna quinta de la zona, no va a bajar de los 2.000 pesos”. La definición de un productor del cordón platense aparece como uno de los eslabones en la cadena que termina golpeando sobre la mesa familiar.

Alertan que la jaula de 5 kilos lechuga puede llegar a costar varias veces más que hace un mes

Luego de que la semana pasada el precio del kilo del tomate se convirtiera en récord, superando los 300 pesos en las verdulerías de la Región, se sumaron a esa movida varias de las verduras de estación (de hojas verdes).

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Según coinciden comerciantes del ramo y productores consultados por este diario, las razones son varias pero puntuales: la intensa ola calor con el abrupto cambio de clima que siguió con 9 días de lluvia hicieron que se perdiera (quemara) gran parte de la producción.

Con más de 40 grados, estiman que se perdió una buena parte de la producción de las verduras de hoja en el cordón frutihortícola de la Región.

“El calor, que se vino intenso y una semana de lluvia”, resumió Eliazar en una verdulería del Centro. “Ahora, está todo caro. La lechuga se fue a 580 pesos el kilo”, avisó.

El calor “quemó verdura”, según el comerciante y con eso “la gente se queja y se asusta” por los precios, que van más allá del clima local y también alcanzan a productos de otras zonas: “Los pelones y duraznos subieron a 380 pesos, la banana se mantuvo y el kiwi subió a 700 pesos”, detalló.

“La lechuga hoy la estamos vendiendo entre 480 a 550 pesos”, dijo Celsina Chaira, otra comerciante del área céntrica, quien compartió diagnóstico “sucedió que todo el país se vio afectado por el calor. Entonces, bajó notablemente la producción y se recurre a la producción de invernáculos que no es suficiente para abastecer el mercado y ahí se produce la demanda”.

Otra parte del impacto estaría dada por la organización del negocio a nivel nacional, que orienta el envío a zonas de afluencia temporal como es en verano, la Costa. La mujer consultada por este diario dijo que el caja de lechuga puede llegar a costar entre 2.600 a 2.900 pesos.

Hace un mes, según otras fuente del sector consultada por este diario, esa misma jaula, que trae unos 5 kilos, se conseguía por 200 pesos.

“La gente se queja y si quiere comer ensalada está carísimo”, analizó Celsina. “Yo también me quejó porque la plata se queda en las verduras y uno no puede traer otras cosas”, indicó la comerciante.

En los comercios del renglón, se repite, a veces con amplificación, la diferencia de precios en un mismo producto. Eliazar consideró que eso “es cuestión de cada verdulero”.

COSTOS QUE DESALIENTAN

No obstante, para Salvador Vides, productor del cordón local con dos décadas de experiencia, no todo es calor y agua: “En el tomate influyen otros factores. Es temporada a pleno en la Región pero pienso que pudo ocurrir que los costos tan altos de producción han generado que varios productores dejen de hacerlo. La alta temperatura afecta en la calidad de maduración pero la suba de precio se la atribuyo más a la falta de producción”, indicó.

El quintero, con trayectoria también en la representación del sector, analizó que el trabajo con ese producto es más largo que con otros, como por ejemplo, la lechuga: “Empieza en mayo, con la desinfección de la tierra, en junio se planta y se recoge en octubre”. En cambio, la lechuga demanda 45 días, indicó.

A la vez, el tomate lleva “insumos que subieron un 300 por ciento o más. Un desinfectante de suelo que estaba a 30 o 35 mil pesos subió a 60 mil. Un insecticida valía 25 mil en las Fiestas y en lo que transcurrió de enero, subió a 40 mil pesos”.

En el campo se apuntó que los insumos para el tomate subieron hasta un 300%

En esa misma línea, Vides consideró que junto con el tomate, el costo de producción del pimiento también es “altísimo y al no haber una política de producción para visualizar una ganancia, implica que uno no se arriesga”, dijo.

Puntualizó luego en que los quinteros carecen de información, por ejemplo, sobre la superficie de cultivo de cada producto, un dato clave para saber si conviene embarcarse en un escenario de puja de precios entre oferta y demanda, tironeado por las variaciones de costos de los insumos.

Los costos y la logística de distribución forman parte del combo que se hizo más gravoso por las condiciones climáticas.

“El problema puede ser más grave en los próximos meses y también se va a ver en la producción de carne, con los precios, porque la sequía afectó al maíz, un insumo para la ganadería. Eso puede hacer que suba la carne”, indicó otro productor de la zona cordillerana que conoce el mercado local de la producción y la venta.