Le pegaron dos puntazos para robarle las zapatillas

El hecho ocurrió en la calle 68 entre 149 y 150. La víctima, de 30 años, sufrió heridas en un brazo y en la pierna izquierda

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El lunes pasado, cerca de las 20.30, un vecino de Los Hornos fue atacado por dos motochorros armados con un cuchillo.

Sucedió en la calle 68 entre 149 y 150, a pocas cuadras de la Cárcel de Mujeres.

La víctima, de 30 años, fue identificada por la Policía como Hugo Antonio Castañeda, quien terminó en el hospital San Martín producto de dos puntazos.

Los delincuentes, sin razón alguna que justifique tamaña locura, le pegaron puñaladas en el brazo y la pierna izquierda y le robaron lo poco de valor que llevaba encima: las zapatillas.

Asustado y lastimado, de alguna forma logró comunicarse con sus familiares, que lo fueron a rescatar y lo llevaron de inmediato al citado centro médico.

Afortunadamente, su estado de salud no reviste gravedad alguna.

Pese a lesiones cortantes, “como no hubo daños en arterias, su vida no corrió peligro”, expresaron los informantes consultados por este diario.

En el hecho, tomó intervención personal de la comisaría tercera, en una causa que quedó caratulada como “robo y lesiones”.

Los investigadores buscan en las cámaras de seguridad de la zona alguna imagen que permita la identificación de los agresores, que por el momento continúan prófugos.

COLECTIVERO FURIOSO

En las últimas horas trascendió otro violento episodio con motochorros en la localidad de Los Hornos.

A partir de la viralización de un video, se supo que dos ladrones intentaron robarle la bicicleta a un colectivero de la Línea de Transporte 273.

Sucedió en la calle 77 entre 133 y 134 cuando el damnificado circulaba en su rodado y, sin tiempo para pensar nada, se vio cara a cara con los asaltantes, que casi lo chocan.

Sin embargo, pese al shock inicial, logró reponerse y enfrentó la situación con real bravura.

Tanto que arrojó la bicicleta al suelo y enfiló hacia los agresores, que decidieron escapar con las manos vacías.

Cabe destacar que el intento de robo ocurrió muy cerca de la terminal de la empresa para la que trabaja, aunque no se supo si volvía o iba a tomar servicio.

Lo concreto fue que el chofer, rápido de reflejos, logró intimidar a los delincuentes, que retrocedieron sobre la marcha y huyeron antes de que pueda darle alcance.

La persecución duró casi una cuadra y, cuando supo que ya no volverían, el hombre regresó para tomar su bicicleta y continuar la marcha en compañía de un vecino que se acercó para ver si necesitaba algo.

 

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