El FMI vuelve a alertar sobre la creciente inflación y pide amortiguar el golpe sobre los más vulnerables

Recomiendan medidas para "contener los riesgos de tensión social"

La economía de América Latina y el Caribe crecerá 2,5% en 2022, pero la guerra en Ucrania aumentó la incertidumbre y disparó los precios, reiteró hoy el FMI al publicar sus perspectivas para la Región.

En ese contexto, mantuvieron el pronóstico de un crecimiento económico del 4% para la Argentina, aunque advirtieron sobre los problemas de financiamiento que pueden darse por el conflicto entre Ucrania y Rusia y también la creciente inflación.

En un blog especializado en América Latina, Ilan Goldfajn, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, junto a otros especialistas, indicaron que la guerra "está convulsionando a la economía mundial y elevando la incertidumbre en torno a las perspectivas de América Latina y el Caribe".

Antes de la guerra, la recuperación de América Latina y el Caribe "ya estaba perdiendo ímpetu". Pero el impacto se siente ahora a través de la subida de precios, que obliga a los países a adoptar medidas "para amortiguar el golpe sobre los más vulnerables y contener los riesgos de tensión social".

El director regional del FMI admitió que, si bien el impacto directo sobre el comercio latinoamericano y caribeño de la guerra en Ucrania es muy pequeño por su poca exposición a Rusia y Ucrania, el campo en el que más se notan las consecuencias del conflicto es en la elevadísima inflación.

"Todos los países de la región están sufriendo un impacto inflacionario (por el conflicto), incluso los que son exportadores. Y eso ocurre sobre unos niveles de inflación que ya eran altos antes de la guerra", explicó Goldfajn.

Al margen de la situación en Ucrania, el FMI recomendó a los países latinoamericanos y caribeños que garanticen la sostenibilidad de sus finanzas públicas para mantener su credibilidad en los mercados y reconstruir espacio fiscal, pero siempre protegiendo a las poblaciones más vulnerables.

En este sentido, Goldfajn explicó que existen muchos gastos públicos que no van dirigidos a las capas más vulnerables de la población, y que es ahí donde deben centrarse los ajustes fiscales de lo países.

Gastos corrientes y subsidios generalizados, así como impuestos indirectos, por ejemplo, son áreas en las que estos países pueden avanzar hacia la consolidación fiscal sin necesidad de tocar programas sociales clave, sanidad, educación e inversiones públicas, apuntó el director regional del FMI.

"La elevada inflación que se está viviendo y que en el caso de los precios de la energía y los alimentos afecta especialmente a las personas vulnerables hay que combatirla en el corto plazo con transferencias a los más pobres", remarcó Goldfajn.

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