Alternativas: la equinoterapia para atender las secuelas de los tiempos duros del Covid

Aún no se decretó formalmente el fin de la pandemia de Covid-19, continua el avance de la vacunación y el actual cuadro de situación nos permite estar más cerca del cierre de la crisis sanitaria tal como la conocimos dos años atrás. Pero, ahora, en esta etapa que transitamos, es momento de atender las secuelas.

Profesionales en la materia y especialistas en terapias que consisten en la realización de actividades asistidas principalmente por caballos señalan que, "estos tipos de terapias son una alternativa de trabajo en niños, adolescentes y adultos con diferentes discapacidades, entre ellas motoras. También en problemáticas de desarrollos normotípicos como trastornos de la ansiedad, estrés, estrés postraumático, habilidades sociales, trastornos generales del desarrollo, depresión y autismo", 

Así, parálisis cerebral, inseguridad, hiperactividad y déficit de atención en niños son otras de las condiciones que pueden abordarse. En adolescentes, trastornos alimenticios y depresión son los problemas más frecuentes por los que se llega a esta alternativa, que también es beneficiosa para la rehabilitación física de niños y adultos, por la interacción piel a piel con el caballo.

En la actualidad, las estas terapias se están practicando de forma regulada y generalizada en casi todo el mundo. Y en el país, según las especialistas, hay más de 400 centros de terapias de este tipo.

Vale destacar que su cobertura no está contemplada a nivel nacional. De todos modos, 7 provincias (Misiones, Chaco, San Juan, Santa Fe, Tucumán, Salta y Mendoza) ya reconocen a la equinoterapia como una disciplina complementaria de tratamientos tradicionales.

Asimismo y como terapia complementaria los especialista señalaron que "en equinoterapia, el caballo reproduce el patrón de marcha fisiotípico humano: el patrón de marcha cruzado, de manera tal que el paciente 'camina' sentado produciéndose efectos de neuroestimulación y neurorrehabilitación profundos, que posicionan a la equinoterapia como una terapéutica de estimulación temprana de excelencia".

Entre algunos otros beneficios en cuestión, se subraya que los caballos sensibilizan la percepción, los sentidos y las expresiones del mundo interno en el mundo externo, lo cual amplifica la posibilidad de crear con el ambiente un aprendizaje tan significativo como activo.  

Estos animales motivan el deseo por conocer el mundo con el soporte de lo lúdico, que es el gran mediador en los procesos en la niñez. El enfoque y el quehacer profesional procura el placer y en bienestar en las experiencias en pista. Los caballos son mediadores relacionales en el aprendizaje. El aprendizaje por descubrimiento es activo, fomenta la participación del niño que conoce, que debe establecer relaciones y semejanzas entre lo que aprende y el mundo que lo rodea.

Son, además, grandes facilitadores vinculares. A través de la experimentación, surge un aprendizaje receptivo, consciente y significativo, fortaleciendo y estimulando todas las funciones cognitivas y emocionales del niño junto a las habilidades motoras.

Y finalmente se sabe que, trabajar con caballos en manada permite trazar analogías, paralelismos y metáforas con grupos de niños para dar lugar a un aprendizaje cooperativo y grupal.

 

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