Prevenir y actuar frente al auge de la pornografía infantil en las redes sociales
Edición Impresa | 18 de Julio de 2022 | 01:53

La detención de un hombre en el Gran Buenos Aires que enviaba por las redes pornografía infantil a los Estados Unidos, lográndose establecer que actuaba en dos domicilios ubicados uno en el barrio de Villa Luzuriaga y otro en Isidro Casanova, desde donde generaba los envíos, más allá de la importancia propia de los procedimientos policial y judicial realizados, volvió a dejar a la vista el auge de los llamados delitos informáticos y la necesidad de disponer de ágiles sistemas de detección de esta modalidad.
El individuo fue arrestado luego de que la empresa Google emitiera un alerta sobre un usuario de la Argentina que estaba distribuyendo material pornográfico infantil a través de la red. Tal como informó en este diario, ante este llamado de atención, la Fiscalía Especializada en Delitos Conexos a la Trata, Pornografía Infantil y Grooming de La Matanza dio inicio a una investigación para dar con el responsable del hecho.
Asimismo, se pudo descubrir que dentro de las imágenes que compartía había filmaciones sexuales en las que aparecía la persona ahora detenida teniendo relaciones con un menor, de 13 años de edad, aunque también se habría comprobado que enviaba videos manteniendo relaciones con niñas de corta edad.
Luego de colectarse las pruebas se ordenaron los allanamientos correspondientes, secuestrándose material probatorio. Entre los elementos, los agentes se llevaron siete plantas de marihuana, dos CPUs, tres netbooks, dos notebooks y tres teléfonos celulares.
Cabe recordar que a partir de recientes operativos realizados por la Justicia platense en los que se detuvo a varias personas que formaban parte de una red internacional de pornografía infantil, se informó que la actividad ilícita en las redes de nuestro país tiene un movimiento comercial anual estimado en 250 millones de dólares. Además, el delito de la pornografía infantil suma cada año en Argentina un promedio que oscila entre las 13 mil y 17 mil denuncias.
“Desgraciadamente, la Argentina siempre está entre los primeros países del mundo en consumo de pornografía infantil, pero también hemos detectado muchos casos de producción casera, o sea, filmación de los abusos a menores”, precisaron entonces desde el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) de la Fiscalía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Desde el grooming, como figura típica del abuso infantil, hasta el robo de datos sensibles, los delitos informáticos se multiplican de la mano de la penetración de Internet y la masificación de la redes sociales, y constituyen un problema frente al cual muchos de los gobiernos de la región se encuentran mal preparados para enfrentar, según coinciden expertos.
Debe advertirse que se habla de una realidad que es cotidiana, que ingresa en los hogares y que se vale del desconocimiento de la población, sobre todo la de menor edad que es la más indefensa. Frente a ella sólo cabe, como fórmula primordial, oponer barreras de tipo preventivo que pueden hallarse a partir de una mayor toma de conciencia. Las informaciones consignadas arriba no dejan lugar a dudas sobre la vigencia de un problema que debe ser enfrentado.
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