Expectativas de apertura ante temores de los conservadores
Edición Impresa | 5 de Octubre de 2023 | 00:52

Clement Melki
Columnista de AFP
El Sínodo de los Obispos, el simposio mundial sobre el futuro de la Iglesia católica, se inauguró entre grandes expectativas de apertura y preocupación de los conservadores por temas como el tratamiento de los divorciados y los creyentes LGBTQ. El encuentro se efectuará a lo largo de cuatro semanas en Roma, tras dos años de consultas mundiales, y también abordará temas como las mujeres diáconas y el celibato sacerdotal.
Antes de su inicio, cinco cardenales conservadores pidieron públicamente al papa Francisco reafirmar la doctrina católica sobre el tratamiento de parejas homosexuales y la ordenación de mujeres. Sus preguntas aparecen en un texto llamado “Dudas”, enviado junto a una carta abierta a los fieles en la que advierten del riesgo de “confusión” y “error” y expresan temor de que los temas planteados en el Sínodo puedan alejar a muchos católicos.
En su respuesta, el pontífice de 86 años pareció sugerir una vía para la bendición de parejas del mismo sexo por parte de los clérigos, algo no reconocido por la Santa Sede pero que se practica en países como Alemania y Bélgica. Aunque insiste en que la Iglesia solo reconoce el matrimonio entre hombre y mujer, el Papa dijo que “no podemos ser jueces que solo niegan, rechazan y excluyen”.
“La prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitada por una o más personas, que no conllevan un concepto equivocado del matrimonio”, escribió.
Voluntad de cambio
Desde que asumió el cargo en 2013, Francisco ha trabajado por reformar la gobernanza de la Iglesia, que quiere que sea menos vertical y más cercana a los fieles, aunque ha encontrado fuerte resistencia interna.
Por primera vez en la historia de la Iglesia, monjas y mujeres laicas podrán participar en las consultas del Sínodo e incluso votar.
Un observador de la Santa Sede que pidió no ser identificado indicó que su participación hará el proceso sinodal más efectivo. “Entre los obispos hay una cultura eclesiástica. Con la laicidad, eso ya no funcionará, no se conformarán con palabras bonitas, habrá una demanda por procedimientos, voluntad de cambiar, de eficiencia”, declaró.
“En ese sentido, Francisco está traspasando los límites y por eso muchos tienen miedo”, agregó.
Una segunda sesión de la asamblea está programada para en octubre de 2024, con lo cual no se esperan decisiones concretas rápidamente.
Pero las expectativas son elevadas, al igual que la preocupación.
Las consultas hasta ahora han puesto de manifiesto las opiniones diversas entre las Iglesias nacionales y entre ellas y el Vaticano.
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