Planteos de López Murphy por una licitación de Aysa

Ricardo López Murphy, diputado nacional de Juntos por el Cambio, le apuntó la semana pasada a lo que llamó “maniobras espurias del ministro Sergio Tomás Massa”. Lo hizo a través de Twitter, donde dio a conocer una millonaria licitación de la empresa de aguas AySA (que preside la esposa del titular de Hacienda, Malena Galmarini) que, según sospecha el legislador, estaría destinada a favorecer a un empresario cercano a Massa. “Vamos a investigar”, escribió en la red social y advirtió: “Impulsaremos un pedido de informes desde el Congreso para que nos explique la utilización escandalosa de fondos públicos en favor de sus amigos y socios”.

Le apuntó así a la operación por la que AySA pagará más de 127 millones de dólares durante los próximos tres años para comprar policloruro de aluminio (PAC), un coagulante potabilizador que en la Argentina fabrica casi de manera exclusiva Mauricio Filiberti. Para el exministro de Economía, la licitación, cuyo resultado se conocía ayer, está hecha a la medida de este oferente, que además es socio de Nicolás Caputo en la empresa de aviones Patagonia Jet y cuyo contrato con AySA fue renovado el 2 de diciembre de 2019, seis días antes del fin del mandato de Mauricio Macri.

En un intento por disipar suspicacias, Galmarini le envió una carta al diputado, luego de que este lanzara la advertencia por redes sociales: “Me dirijo a usted con relación a sus dichos manifestados en Twitter el 16 de marzo”, escribió la titular de AySA en su escueta misiva, a la par que le propuso concertar una fecha de reunión para “tomar vista de los antecedentes y procedimientos de la selección” del contratista. Pero la invitación fue desestimada por López Murphy, que apenas accedió a hablar por teléfono: “Le pedí que suspendiera la licitación, pero no lo hizo. No tenía sentido que yo fuera”, aclaró.

Las dudas del diputado son compartidas también en la industria, donde observan que Filiberti, proveedor de AySA desde hace décadas, es el único fabricante argentino en condiciones de cumplir con el volumen de PAC requerido.

Esa sustancia podría costarle al Estado un 40% más de lo que, por ejemplo, sale el sulfato de aluminio, uno de los componentes que el mundo usa para potabilizar y que AySA empleó hasta 2009.

En la empresa estatal argumentan que el PAC que produce Filiberti es más apropiado, que para el sulfato de aluminio ya hubo otra licitación en septiembre del año pasado y que otras firmas resultaron adjudicatarias. Aunque la diferencia, abismal, está en los volúmenes: para sus tres plantas ubicadas en Bernal, Capital Federal y Tigre, AySA utiliza 78% de PAC y 22% de sulfato de aluminio.

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