Un barrio de Los Hornos está sitiado por el delito: entraderas y motochorros

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En nuestra edición de ayer, contamos la historia de tres familias de Los Hornos, que fueron blanco de una banda de delincuentes en apenas dos horas. Todo pasó en 146 entre 65 y 66 y en 60 entre 143 y 144.

El barrio, demás está decirlo, quedó en llamas. La preocupación por la inseguridad es enorme y los pedidos de mayor presencia policial, constantes. Claro que hubo más.

El sábado a la noche, por si algo hacía falta para agregar aún mayor temor a los vecinos, un grupo de tres motochorros concretó un ataque en 146 y 64.

Fue cerca de las 23.30 cuando, según puede observarse en las imágenes de una cámara de seguridad, un joven llegó caminando a una casa y tocó timbre a la espera de que le abrieran la puerta.

Lamentablemente para él, el tiempo de espera para poder ingresar al domicilio lo convirtió en “carne de cañón”.

Con una mirada agudizada, los delincuentes, que se desplazaban en una sola moto, lo marcaron y se le fueron al humo.

Cuando los vio, la víctima sintió que había perdido. Por eso nada pudo hacer ante el asedio de los ladrones, dos de los cuales lo arrinconaron contra una pared y lo “bolsiquearon” en busca de dinero y otros elementos de valor.

En esa maniobra, perdió lo que llevaba. Incluso una mochila.

En la filmación se ve como el conductor de la moto aguanta a sus cómplices y, comienza a acelerar lentamente a la espera de que se trepen al rodado, para iniciar la fuga.

Para esto, nadie de la casa salió en auxilio del damnificado, que se quedó masticando bronca y sin sus pertenencias.

FUERA DE CONTROL

Ese mismo día, pero temprano, hubo dos asaltos en un dúplex de 60 entre 143 y 144. El restante ataque, se indicó, se produjo en una casa de 146 entre 65 y 66.

Sin dudas, un radio de acción de pocas cuadras.

En el segundo de esos hechos, alrededor de las 00.30, una mujer de 82 años estaba viendo televisión cuando empezó a sentir ruidos. Dos desconocidos se habían metido a la vivienda a través de una ventana.

Sobre los intrusos, un hijo mencionó que “son chicos de entre 20 y 22 años, que cubrían sus caras con barbijos y sus manos con guantes”.

A la jubilada le taparon la boca y le robaron 10 mil pesos, prendas de vestir y algo de ropa de cama.

En tanto, en el otro caso, con dos departamentos vulnerados y sus ocupantes reducidos, entre amenazas y gestos con armas, el botín fue mucho mayor, ya que solo en una unidad funcional se llevaron 700 dólares y 120 mil pesos.

En el barrio, alguien vio escapar a la banda en un Renault Clio de color oscuro, acelerando raudamente por calle 60 en dirección a 137.

Un detective no dejó margen para la duda: “Son los mismos delincuentes, que salieron de asaltar a la jubilada de 146 entre 65 y 66, para seguir su raid por 60 entre 143 y 144”.

 

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