La tributación aumentó con los años, pero la estructura es muy similar

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En 1997 la presión tributaria efectiva consolidada era del 21,1% del PBI, con una participación del 56% de tributación indirecta (11,8% del PBI) y una participación del 44% de tributación directa (9,3% del PBI).

Entre 1997 y 2002 se dio una baja de la presión total, un mantenimiento de la presión indirecta y una baja de la directa. Por lo tanto, la participación de la tributación directa en la estructura tributaria cayó al 40%.

La línea de la presión tributaria total muestra que después de 2002 la presión tributaria efectiva total comenzó un sendero de aumento constante hasta 2015. Dentro

de la misma la tributación indirecta subió hasta el 17,3% del producto y la directa al 16,8%, es

decir, tuvieron aumentos del 46% y 80%, respectivamente. Lógicamente, como el aumento de

la tributación directa fue mayor al indirecto, la participación de la primera aumentó, revela el Iaraf. De una participación inicial del 44% en 1997 subió hasta el 49% en 2015. En consecuencia, el gran

aumento de la presión tributaria efectiva entre 1997-2015 fue llevado a cabo en su mayoría

por tributación directa.

Posteriormente, entre 2015 y 2023, la presión tributaria efectiva total descendería 2,3 puntos porcentuales del PBI. Dado que la presión efectiva indirecta aumentaría 0,5 p.p. del PBI y la directa caería 2,8 puntos porcentuales. Como resultado, la estructura tributaria cambió, la carga indirecta

aumentó su participación desde el 51% hasta el 56% y la directa retrocedió desde 49% a solo el

44%, igual participación que la que tenía en 1997.

En conclusión, entre 1997-2023 la presión tributaria efectiva total aumentaría de manera

notable, casi 11 puntos porcentuales del PBI, y la estructura tributaria se mantendría

prácticamente igual que al inicio. En un ningún momento se logra que la presión tributaria directa supere a la indirecta.

 

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