Armas, gritos y amenazas en el robo a una familia

Dos motochorros abordaron a un matrimonio, a sus dos hijos y a una abuela cuando se disponían a disfrutar de una salida

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Ni siquiera alcanzaron a transcurrir 48 horas del brutal asalto que sufrió un joven en Berisso, al que golpearon ferozmente para sacarle la moto cuando se dirigía a su casa luego de cumplir con su jornada laboral, y nuevamente la modalidad motochorro quedó en el centro de la escena criminal.

Esta vez se trató de un robo que se ejecutó sin ningún atisbo de humanidad ni piedad. El lema “Con los chicos no” fue tremendamente pisoteado por un clan compuesto por al menos dos masculinos de unos 26 años de edad que no dudaron en emplear el recurso del terror para cumplir su objetivo.

Los damnificados resultaron ser un matrimonio, sus dos pequeños hijos y una de las abuelas de los niños.

Con un fuerte despliegue que incluyó la exposición de armas de fuego, palabras soeces, gritos, amenazas y hasta zamarreos, los hampones lograron adueñarse de los objetos de valor de sus víctimas a las que sorprendieron en plena vía pública cuando se disponían a disfrutar de una salida.

Con todo esto, la delincuencia volvió a marcar negativamente la vida de un menor de edad. No es para menos si se tiene en cuenta que a su madre le apoyaron una pistola en la panza y a su padre lo golpearon cuando intentó defenderlos.

Si bien la pérdida de lo material suele convertirse en la frustración central de quienes se convierten en blanco de la delincuencia, en esta oportunidad lo que caló más hondo fue la escena de terror que quedó reflejada ante esos inocentes.

En este marco, además de los perjuicios económicos la familia damnificada quedó inmersa en un profundo estado de conmoción producto de la embestida delincuencial.

Según fuentes oficiales, se pudo establecer mediante material fílmico que los motochorros hicieron varias pasadas por el sector probablemente en busca de la “víctima perfecta”.

Y al final aquellas tareas de inteligencia dieron sus frutos cuando, a eso de las 15, se encontraron en 70 y 27 con una familia subiendo a su rodado para salir a dar un paseo. A esa hora, ni un alma andaba por la zona. Quizás esa calma hizo que la familia bajara la guardia y pusiera toda su atención en acomodarse.

Jamás imaginaron que justo a esa hora, cuando la claridad dominaba el firmamento de la Ciudad, iban a terminar quedando a merced de una banda que sin piedad los despojó de sus bienes y que además les hizo vivir un momento de terror.

Como el ataque de un ave rapaz que se inicia con un chillido, la fuerte acelerada de una moto fue en esta oportunidad lo que antecedió al robo.

Luego de varias amenazas y golpes, los sujetos huyeron de la escena con celulares y la documentación de todos los integrantes. Si bien quisieron llevarse el auto, al no poder ponerlo en marcha optaron por abandonar la acción.

 

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