Edad biológica: a menor vida social se envejece más
Edición Impresa | 12 de Abril de 2024 | 02:38

Aunque suene a una simple frase romántica, la idea de que estar solo envejece el corazón constituye una realidad tangible que la ciencia ha podido corroborar. Como muestra un nuevo estudio de la Clínica Mayo, la gente socialmente aislada tiende a presentar signos de ser biológicamente más vieja que su verdadera edad y tiene más probabilidades de morir por una variedad de causas.
La investigación -publicada por el Journal of the American College of Cardiology: Advances- viene a confirmar que los vínculos sociales juegan un papel importante no sólo en el bienestar físico en general sino también en la longevidad; y por tanto deberían tenerse en cuenta como una parte necesaria de las determinantes sociales de la salud.
Para investigar el papel del contacto social en el envejecimiento biológico, los responsables del estudio compararon el nivel de actividad social con los resultados de electrocardiogramas en más de 280 mil adultos norteamericanos que recibieron atención ambulatoria entre junio de 2019 y marzo de 2022. Los participantes seleccionados completaron un cuestionario sobre sus determinantes sociales y tenían registros del electrocardiogramas independientes del estudio, archivados en el plazo de un año.
A fin de determinar la posible diferencia entre las edades cronológica y biológica de cada participante, los investigadores utilizaron un modelo de análisis de electrocardiogramas con inteligencia artificial desarrollado en la Clínica Mayo que establece la edad biológica del corazón. Mientras que una diferencia de edad negativa indica un envejecimiento más lento al esperado, un valor positivo sugiere un envejecimiento acelerado para la edad.
Por otro lado, para evaluar el nivel de aislamiento social los responsables del estudio establecieron un índice basado en seis factores: pertenecer a un club u organización social, frecuencia en la participación en actividades sociales por año, frecuencia de conversaciones telefónicas con familiares y amigos por semana, asistencia a la iglesia o servicios religiosos por año, frecuencia de reuniones con amigos o familiares en persona por semana y estado civil o convivencia con una pareja. Cada item recibía una puntaje de 0 o 1, y la puntuación total variaba de 0 a 4 para representar diferentes grados de aislamiento social.
El estudio viene a confirmar que los vínculos sociales juegan un clave para la salud en general
Al comparar los resultados los investigadores observaron que los participantes con una puntuación más alta en su índice de vida social presentaban una edad biológica más baja en todos los grupos de género y edad. Pero además, que el nivel de vida social influía significativamente en el riesgo de mortalidad. Concretamente, la mayoría de las personas que fallecieron durante los dos años de seguimiento del estudio correspondían al segmento de aquellas que tenían puntajes iguales o menores a 1 en el índice de vida social.
“Este estudio subraya la interacción crítica entre el aislamiento social, la salud y el envejecimiento”, sostiene el médico cardiólogo Amir Lerman, el principal responsable de la investigación.
“El aislamiento social asociado a las condiciones demográficas y médicas parece ser un factor de riesgo significativo para el envejecimiento acelerado”, afirma el médico al señalar de que por suerte la escasez de vida social no constituye un factor irreversible. “Así como se puede empezar a hacer más ejercicio, llevar una dieta saludable, dejar de fumar y dormir adecuadamente, también es posible cambiar de comportamiento para tener más interacción social. Adoptar y mantener estos cambios puede ser de gran ayuda para incrementar nuestra salud”.
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