Café de especialidad: el nuevo boom que estalló en La Plata
Edición Impresa | 20 de Agosto de 2024 | 03:11

El boom de las cafeterías llegó a los barrios y se observa que, en lugares en los que hubo una casa o una verdulería, tal el caso de un local de 17 y 49, se renuevan las instalaciones y se montan espacios en los que se puede tomar un café de especialidad. Todo sin verse obligado a trasladarse a los centros comerciales para disfrutar de una pausa gastronómica.
La modalidad gana adeptos entre quienes no quieren lidiar con los problemas de estacionamiento del centro o tener que trasladarse lejos de su casa para compartir una merienda. Además, en el centro de la Ciudad los precios de alquileres son más costosos, y en los últimos se suman la venta ambulante y la inseguridad.
En tanto, las cafeterías barriales están al “alcance de la mano” y además ofrecen una carta gastronómica para acompañar la infusión con algo dulce o salado.
En algunos casos las cafeterías proponen espacios verdes destinados a la venta de plantas o se organizan eventuales participaciones de tatuadores que realizan trabajos de líneas simples.
En otras cafeterías hay fines de semana en los que se montan espectáculos con Djs en las veredas. Se trata de cafés con un “bonus track”.
El fenómeno comenzó a hacerse más visible desde hace tres años a esta parte y eso se asocia también a la crisis económica que impide que la gente salga a cenar como hacía tiempo atrás.
Las meriendas resultan más económicas, pero igual de interesantes para un público cada vez más creciente que no renuncia a compartir un rato con un compañero de trabajo o con un amigo.
Tan es así que muchas cafeterías arrancaron en espacios reducidos, concebidas con un aforo de poca capacidad, pero con el correr de los meses, tuvieron que habilitar nuevos espacios o se lanzaron a abrir otras sucursales. Ese fue el caso, por ejemplo, de una que se encuentra en 51, entre 16 y 17 y acaba de inaugurar una sucursal cerca de la facultad de Artes.
Algunas cafeterías barriales nacieron en pandemia, cuando otras actividades estaban suspendidas por la necesidad de mantener a la población aislada en su casa.
Una de las que surgió en ese momento fue la que se encuentra en 46, entre 20 y 21. Un grupo de profesores de educación física que daban clases en un gimnasio de la cuadra le propusieron a la dueña alquilarle una habitación y el patio de una antigua casona con el objetivo de vender café de especialidad y algo para comer.
“Se alquiló una habitación de adelante y el patio, la idea era poner una cafetera exprés y hacer “take away”; cuando se levantaron las restricciones el gimnasio volvió a trabajar, pero la cafetería siguió abierta y hoy hay otra en calle 3, entre 48 y 49, y se prevé poner una para llevar en Gonnet”, señaló Juan Roletto, empleado de esa cafetería.
Mariana Valverde, integrante de una conocida inmobiliaria local, también reconoció que aumentó la demanda de locales barriales para instalar cafeterías.
“Crece el café en los barrios, desde hace tres años es un fenómeno comercial; cuando los precios de los restaurantes subieron mucho, la gente optó por las meriendas y eso colaboró con el boom del café de especialidad”, explicó Valverde.
Como en algún momento fueron las cervecerías artesanales o las vinerías, en los barrios comenzaron a ocuparse con cafeterías pequeños y medianos locales.
Se destacó que esos comercios gastronómicos tienen mucha presencia en los barrios y todos cuentan con su público.
“Notamos que se modificó culturalmente la forma de acercarse al producto y tenemos consultas y bastantes locales alquilados para la instalación de cafeterías”, agregó Mariana Valverde.
En suma, hay público para todas esas cafeterías locales y cuando se vencen los contratos de alquiler, no rescinden, sino que los renuevan.
“Hay un auge propio del producto, no está tan vinculado a los costos; un local de unos 15 metros cuadrados en un barrio, fuera de los centros comerciales, cuesta de 90 mil a 170 mil”, se informó.
En las cafeterías se remarcó que es importante el interés que se despertó en los últimos años por la cultura del café. Los baristas, especializados en el café de alta calidad, trabajan creando nuevas y diferentes presentaciones, pero también le trasladan a los clientes parte de su conocimiento.
”El café de especialidad es distinto a la cafetería de paso, es otra la calidad que se ofrece, pero los precios no varían mucho, los valores los rige el costo”, apuntó Roletto y agregó que también se organizan con buena repercusión cursos de barista entre los amantes de esta infusión.
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