Osvaldo Nessi

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Falleció Osvaldo Nessi, fundador y presidente de la “Asociación Civil Amor y Respeto al Prójimo” que impulsó actividades vinculadas a la educación como forma de evitar los siniestros viales. La noticia provocó distintas expresiones de pesar, entre quienes lo conocieron.

Osvaldo había nacido el 25 de noviembre de 1941 en capital federal y desde joven trabajó en empresas de transporte y fue comerciante en City Bell donde pasó casi toda su vida.

Tuvo cuatro hijos, tres varones, Rolando, Daniel y Nicolás, y una nena, Carolina, melliza de este último. La nena falleció luego de ser atropellada por un automóvil.

El accidente fue en 1996 en una esquina sin semáforo del barrio de La Boca. Dos autos que iban corriendo una picada se rozaron y uno de ellos se subió a la vereda y mató en el acto a Federico, de 4 años, y Carolina Nessi, de 11, murió tras diez días de agonía.

La tragedia despertó en Osvaldo Nessi el espíritu de servicio con el firme propósito de que otros no sufrieran lo mismo que sufrieron él y su familia.

En ese marco, Osvaldo se propuso hacer una Ong para enfrentar la problemática del tránsito y en 1998 la bautizó como “Amor y Respeto al Prójimo”, valores que impulsaría para ayudar a los demás y para que se tuviera cabal idea de lo que representa estar al volante.

Como presidente de la “Asociación Civil Amor y Respeto al Prójimo” dio charlas, conferencias e impulsó que, antes de otorgar las licencias de conducir, se realizaran cursos para evitar que siguieran muriendo personas a causa de los siniestros viales.

También lanzó un libro en el que plasmó su experiencia y presentó la película institucional “Cruzada Nacional por la Humanización del Tránsito y del Ambiente”, que se basó en los conceptos de educación, responsabilidad y solidaridad ciudadana para prevenir la siniestralidad vial y cuidar el ambiente.

En 2012 el Rotary International condecoró a la asociación por su vasta y desinteresada tarea en favor de la comunidad.

Pasó sus últimos años junto a Carmen Le Favi, a quien conoció en 2004, a raíz de las actividades de la asociación civil, ya que ella también perdió un hijo en un siniestro vial.

Osvaldo fue un hombre solidario y sociable; alguien que en el tiempo libre disfrutó del fútbol y de los encuentros con familiares y amigos. Pero su verdadera pasión fue trabajar en las capacitaciones para humanizar el tránsito.

 

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