¿Por qué el mar es salado si se alimenta de agua de río?
Edición Impresa | 19 de Enero de 2025 | 02:07

El agua del mar, con su característico sabor salado, representa una paradoja a primera vista: proviene de ríos y arroyos que transportan agua dulce. Sin embargo, esta aparente contradicción tiene su origen en procesos naturales que han ido moldeando los océanos durante millones de años. Desde las lluvias que disuelven minerales en la tierra hasta los fenómenos volcánicos submarinos, cada gota de agua en el mar cuenta una historia de transformación química y geológica. “El agua dulce que fluye hacia el océano no está totalmente libre de sales y minerales”, afirma Antonio Figueras, investigador del Instituto de Investigaciones Marinas, en un artículo publicado en la plataforma The Conversation. La salinidad del mar se debe sobre todo a dos fuentes: los minerales transportados por ríos y la actividad volcánica en el fondo oceánico, según explica Figueras. Las lluvias, al contener pequeñas cantidades de dióxido de carbono, generan un ácido débil que erosiona las rocas y libera iones como sodio y cloruro. Estos elementos, arrastrados por los ríos, llegan al mar, donde se acumulan progresivamente. En las profundidades marinas, los respiraderos hidrotermales también juegan un rol central. Estas fisuras en la corteza terrestre liberan agua caliente cargada de minerales disueltos tras interactuar con el magma subterráneo. Los volcanes submarinos, por su parte, emiten gases y sales que enriquecen aún más el contenido salino del agua. El resultado de estos procesos es un equilibrio químico notable: el ion sodio y el cloruro constituyen el 85% de las sales disueltas en el océano. Su combinación, el cloruro de sodio, no sólo aporta salinidad, sino que regula propiedades como la densidad y la conductividad del agua.
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