El dramático reclamo de una joven que se quemó a lo bonzo
Edición Impresa | 4 de Abril de 2025 | 03:38

Después de pasar cuatro meses en terapia intensiva, donde estuvo muy cerca de la muerte, producto de las graves quemaduras que sufrió al rociarse con alcohol y prenderse fuego a lo bonzo en una humilde vivienda del barrio El Retiro, una joven de 26 años tomó fuerza para contar su dramática historia.
Se trata de Camila Gaitán, quien producto del hecho perdió la custodia de sus tres hijos de 2, 6 y 9 años, que ahora pretende recuperar.
Con una traqueotomía que le impide hablar y, los rastros del terrible episodio marcados en su piel, la joven contó que usó ese recurso extremo para evitar que la mataran a golpes.
“Mi pareja me pegó durante cinco días seguidos. Fue terrible. Agarré a mi beba en brazos, pensando que no me iba a tocar más, pero no le importó. Me siguió pegando igual. Por eso recurrí a lo que tenía cerca. No aguantaba más”, recordó.
Volviendo al drama de sus hijos, Camila contó que “me dieron el alta y, al margen de que debo seguir con cuidados y un tratamiento, me encuentro con que no me quieren dar a los chicos. Estoy muy mal, deprimida”.
“La Dirección de Niñez cree que soy peligrosa, cuando el peligroso es mi ex, que me maltrató hasta cansarse y sigue libre como si nada”, se quejó.
“Siempre me desviví por mis hijos, siempre trabajé para ellos. Me iba a la quinta a juntar verdura. Y muy a pesar de un grave problema de salud que tengo de base”, indicó en referencia a un cáncer.
“Me tengo que volver a operar, tengo un botón gástrico y los nenes, que estaban re bien con mi mamá, ahora lo tienen institucionalizados y con unos tíos, pero no me dejan verlos”, mencionó preocupada por su futuro inmediato.
“Soy la madre, pero parece que no tengo derecho a nada. Por eso pido una entrevista con un psicólogo. Quiero demostrarle al juez que estoy apta para cuidarlos, quiero que me escuche, que me conozca y compruebe que la víctima soy yo”, refirió.
Al parecer, producto de los golpes, Camila llegó a perder un embarazo de cinco meses y reveló que sus hijos presenciaron esas agresiones.
El imputado, identificado como Rubén Orlando Domínguez (27), estuvo detenido por el delito de “tentativa de homicidio agravado en contexto de violencia de género y ensañamiento”, aunque la causa tomó un giro cuando el juez de garantías, Juan Pablo Masi, decidió no hacer lugar al dictado de la prisión preventiva requerida por la fiscal Mariana Ruffino, titular de la UFI 13 de La Plata, ya que entendió que no había pruebas de que él hubiera sido el autor de la agresión.
De hecho, Gaitán reconoce que fue ella la que decidió prenderse fuego. Sucedió en su humilde morada de las calles 159 y 49.
“Entiendo en consecuencia que no se encuentra reunido el grado de convicción necesario para abastecer el requisito del inciso 3° del art. 157 del ritual. Claro está que tampoco existe -a mi criterio y al menos por el momento- el grado de certeza negativa necesaria para el dictado de un auto en los términos del art. 323 del C.P.P. Reitero que -también a mi criterio- debe necesariamente profundizarse la investigación para arribar a un grado de certeza mayor respecto de la verdad objetiva del hecho investigado”, señaló el magistrado, que optó por excarcelarlo, prohibirle que salga de la Ciudad sin autorización judicial y también cualquier concurrencia a establecimientos donde vendan alcohol a granel, al margen de fijar domicilio para el control del Patronato de Liberados.
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