La vida de “segundas marcas” de los rusos
Edición Impresa | 7 de Julio de 2025 | 02:15

Por VICTORIA LOGUINOVA
Columnista de AFP
Sergéi y María viven cerca de Moscú, usan un coche chino, compran queso elaborado en Rusia y pasan sus vacaciones en Venezuela. Para ellos, las sanciones occidentales adoptadas en represalia por la campaña militar en Ucrania “no son ninguna tragedia”.
Hace poco renovaron su modesto departamento de dos ambientes en Mitishchi, una localidad de 300.000 habitantes al noreste de la capital, donde viven con sus tres hijos, dos gatos y un perro. El refrigerador, de fabricación china, está lleno de productos rusos.
Las primeras sanciones económicas occidentales contra Rusia se remontan a 2014, cuando Moscú se anexionó la península ucraniana de Crimea, y fueron considerablemente reforzadas tras el inicio de la ofensiva en Ucrania en febrero de 2022.
Para los rusos, dichas sanciones se tradujeron en la desaparición de numerosos productos occidentales. Y los viajes a la Unión Europea y a otros países aliados de Ucrania se volvieron caros y complicados. Pero son muchísimos los países en Asia, Latinoamérica y África que decidieron no imponer sanciones, con el consiguiente oxígeno que esto implica para la economía rusa. Y la población parece haberse acomodado a la nueva situación económica.
María Tiabut, de 43 años y empleada de una empresa de cosmética, dice interesarse poco por la política, y no recuerda ni siquiera cuándo entraron en vigor las sanciones. “¿Fue durante el covid”, se pregunta.
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