VIDEO. Clásicos platenses: comercios que resisten al tiempo y a las crisis
Edición Impresa | 7 de Julio de 2025 | 02:36

Por MACARENA MAZZOLA
En una era hiperconectada y tecnológica, donde las grandes empresas multinacionales se hacen cada vez más fuerte, hay negocios que no pierden su esencia de atender detrás del mostrador. En este sentido, en los centros comerciales de las calles 8 y 12, aún quedan comercios con historia y “atendidos por sus dueños” que resisten al paso del tiempo.
Fundada el 19 de noviembre de 1882 por Dardo Rocha, La Plata guarda en sus rincones y diagonales cientos de historias que son testigos de su evolución y crecimiento como capital de la Provincia y epicentro de grandes momentos históricos.
En ese contexto, dos de sus principales centros comerciales no están exentos de los acontecimientos y han visto desfilar un centenar de negocios que nacieron, cerraron, mutaron o se mudaron.
Rodeada de facultades y edificios históricos, calle 8 tuvo un desarrollo gradual. Comenzó con los primeros pasos de la Ciudad, en donde a lo largo del tiempo se consolidó como una fuerte zona comercial.
“Casa Cosoli”, un comercio de casi 100 años, fue fundado el 28 de diciembre de 1928 y se mantiene vigente.
“El local fue fundado por mi abuelo, Gerónimo, lo siguió mi papá Héctor, y ahora estoy a cargo, que soy la tercera generación. Trabajo desde los 17 años, pero hemos crecido con el centro, disfrutando del cineteatro, del Banco Nación y jugando en el predio de la Universidad”, recordó Mario Cosoli, quien ahora está al frente del negocio familiar.
Comenzó como “ramos generales”, luego se especializó en armería, taller mecánico, niquelado, pavonado y artículos de pesca.
“Anteriormente estábamos en otro local, lindero con el actual, donde estamos desde el año 1960. Hace 30 años que tenemos el mismo empleado y recién hace 2 veranos cerramos por vacaciones. Son muchas horas de trabajo y el secreto está en cumplirle al cliente. Nosotros tenemos un compromiso con la gente de la Ciudad”, indicó Cosoli.
“Armería Cosoli”, comenzó como “ramos generales” en 1928 / Cosoli
A metros cercanos, “La sin rival”, se consagró como histórica cortinería desde su inauguración en 1940. “El primer nombre de fantasía era de mi tío y mis papás, Alfredo Calaili y Matilde Calaili, tenían cada uno su negocio en esta zona, pero después de 1963, abren en 8 y 54 la cortinería bajo este nombre. Luego, en 1969 deciden mudarse más cerca del centro y se abren el local al lado de donde estamos ahora, donde nos mudamos en 2011. Ellos trabajaron juntos codo a codo hasta sus últimos días y nosotras nos criamos acá prácticamente porque mis papás no querían dejarnos solas”, expresó Cecilia Calaili, quien junto a su hermana, Laura, son la segunda generación del comercio familiar.
“A veces vienen y nos cuentan que acá venían a comprar sus abuelas o bisabuelas, por lo que llevamos unos cuantos años y generaciones vistiendo a las distintas casas de La Plata”, remarcó Cecilia Calaili, y agregó: “Una de las claves para seguir estando es ofrecerle al público lo mejor en calidades, materiales y atención. Además este local, es una herencia familiar que la va a continuar mi hijo”.
Por su parte, calle 12, nunca estuvo planificada como centro comercial, pero su crecimiento paulatino con pequeños y grandes locales, hicieron que durante los últimos años se transformara en un paseo de compras infaltable para los platenses. “Antes eran más casas que locales y después se fue ampliando. Al punto que ahora ya no quedan casas prácticamente”, recordó Jorge Semacendi, segunda generación de “Tienda La Luna”, un comercio fundado en 1948 que vivió el desarrollo del centro comercial desde los primeros años.
“Tienda La Luna”, uno de los comercios más antiguos de calle 12 / EL DIA
“El primer local estaba en 12 y 56. Al comienzo no era colchonería y blanquería, como es ahora, sino que era venta de rubro general. Se vendía calzado, ropa interior, vestimenta de trabajo, mameluco, telas por metro, porque había mucha gente de quintas. Después, en 1977, cuando vinieron las fábricas, nos achicamos y modernizamos a lo que somos ahora”, contó Semacendi, quien además sumó: “El secreto está en trabajar. Con mucho esfuerzo, ahora el negocio lo va a seguir la otra generación, mi hija”.
Una de las características que une a estos comercios, no es solo su historia a través del paso del tiempo, sino que, pesar del avance tecnológico, continúan apostando por una venta más personal y presencial, como lo hacían sus abuelos o padres.
“Da orgullo que los comercios pasen de generación en generación. Además, vivieron situaciones del país diversas, tanto políticas como económicas y siempre siguieron adelante. El centro comercial es una gran familia que nos conocemos todos, y aunque el tiempo pasa y cada vez hay más cadenas, el espíritu de familia sigue”, analizó Valentín Gilitchensky, representante de la Federación de Empresarios de La Plata (FELP) y presidente del Centro Comercial Calle 8.
“Es identidad. Es una hoja de ruta. Conocer de dónde venimos”, contó Martín Ranea, miembro de la Asociación de Amigos de calle 12.
En ese marco, parafraseando la ya famosa frase de la serie de “El Eternauta”, con el ejemplo de estos modelos de comercios se puede decir que “lo viejo funciona”.
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