La Reserva Federal bajó la tasa de interés y abre expectativas para la economía argentina

La recortó en 25 puntos básicos, en un intento por reactivar la actividad y el empleo. La medida debilita al dólar, empuja al alza las materias primas y puede mejorar las condiciones financieras en países emergentes

La Reserva Federal de Estados Unidos redujo la tasa de interés de referencia al rango de entre 4% y 4,25%. La decisión, anticipada por los analistas, marca el primer recorte del año y se enmarca en un contexto de menor creación de empleo y presiones políticas desde la Casa Blanca.

El voto mayoritario del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) reflejó la intención de estimular el consumo y la inversión en la principal economía del mundo. Solo el nuevo gobernador Stephen Miran, cercano a Donald Trump, se opuso al considerar que la baja debía ser más profunda, de 50 puntos básicos. La Fed prevé al menos dos recortes adicionales en octubre y diciembre, lo que refuerza la expectativa de una etapa de flexibilización monetaria.

El movimiento tiene implicancias más allá de las fronteras estadounidenses: por el tamaño de su economía y el peso del dólar en el comercio global, cada decisión de la Fed repercute en los flujos financieros internacionales, el precio de las materias primas y las condiciones de financiamiento de los países emergentes.

Cuatro claves

1. Más apetito por riesgo: la reducción de tasas en Estados Unidos tiende a disminuir el atractivo de los activos en dólares y motiva a los inversores a buscar mayores rendimientos en mercados emergentes. Para la Argentina, golpeada por la volatilidad política y económica, este contexto puede facilitar un mayor ingreso de capitales hacia bonos y acciones. No obstante, la confianza de los mercados dependerá también de la estabilidad interna y de las señales fiscales y monetarias del Gobierno.

2. Menor costo de financiamiento: las tasas de la Fed funcionan como referencia para préstamos internacionales. Su baja reduce el costo del crédito global, lo que genera un respiro para países y empresas endeudados en dólares. En el caso argentino, el elevado riesgo país —que trepó a 1.230 puntos básicos— mantiene cerradas las puertas del financiamiento soberano. Aun así, las compañías podrían aprovechar este escenario para emitir obligaciones negociables en dólares a tasas más bajas, en torno al 9% anual.

3. Dólar más débil y presión cambiaria: el dólar retrocedió a un mínimo de dos meses frente a la libra esterlina y el euro, con el índice DXY cayendo a 97 puntos. Desde enero, acumula una depreciación de casi 11% frente a las principales monedas. Este debilitamiento puede aliviar la presión sobre las divisas emergentes y moderar la tensión en el mercado cambiario argentino, donde la incertidumbre electoral y las dificultades económicas habían fortalecido la demanda de cobertura en dólares.

4. Impulso a las materias primas: el debilitamiento del dólar también empuja al alza los precios internacionales de las materias primas, que se cotizan en esa divisa. Para la Argentina, este factor es especialmente relevante: una mejora en las cotizaciones de granos y derivados industriales podría incrementar el ingreso de divisas, reforzar el superávit comercial y otorgar oxígeno fiscal en un año de fuerte restricción presupuestaria.

Oportunidad con límites

El recorte de tasas de la Fed abre una ventana de oportunidad para la Argentina, que podría beneficiarse de un dólar más débil, mayores precios de exportación y condiciones de financiamiento algo más favorables. Sin embargo, los analistas advierten que los efectos positivos serán parciales si no se complementan con políticas internas que reduzcan la incertidumbre y mejoren la confianza de los inversores.

El riesgo país en niveles récord, la volatilidad política tras las elecciones en la provincia de Buenos Aires y la fragilidad de las reservas del Banco Central son factores que limitan el margen de maniobra.

El contexto

El trasfondo de la decisión no es ajeno a la política norteamericana. El presidente Donald Trump viene presionando públicamente para que la Fed adopte una política más agresiva de relajación monetaria. Incluso reclamó el desplazamiento de Jerome Powell, presidente del organismo. El ingreso de Stephen Miran, ex asesor económico de la Casa Blanca, como nuevo miembro del FOMC, refuerza la influencia del oficialismo en las discusiones sobre política monetaria.

Este cruce político añade incertidumbre sobre la velocidad y profundidad de los recortes de tasas hacia fin de año, un factor que los mercados seguirán de cerca y que también tendrá repercusiones en la Argentina.

 

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