María Cecilia Scorza

Su fallecimiento

El fallecimiento de María Cecilia Scorza provocó profundo pesar en distintos ámbitos sociales de la Ciudad, fundamentalmente en el plano docente, campo en el que desarrolló su profesión con marcado entusiasmo.

Había nacido el 22 de enero de 1967, en La Plata. Hija de Alberto Scorza y Graciela Guarinoni, desarrolló su infancia en el barrio del Parque Saavedra junto a sus hermanos mayores, Elizabeth y Gustavo.

El jardín y la escuela primaria los hizo en la Escuela Normal 3; mientras que la secundaria la desarrolló en el Colegio Castañeda, donde formó un sólido grupo de amigas.

Tras finalizar la escuela secundaria, cursó magisterio en el centro de formación de 67 y 12.

Luego de recibirse de maestra, ingresó al colegio Castañeda, de 13 entre 68 y 69, donde forjó gran parte de su trayectoria como docente y cosechó el afecto de alumnos, colegas, autoridades y auxiliares que la respetaron y admiraron por su entrega absoluta a la hora de dictar clases.

En ningún momento bajó el nivel de autoexigencia y siempre estaba dispuesta a preparar las mejores clases para sus alumnos de la primaria, donde estuvo al frente como maestra de grado durante muchos años, actividad que también desarrolló en el Normal 3.

En marzo de 2001 se casó con Ariel Boedo, con quien tuvo una hija, Candela, su gran motor para seguir planteándose objetivos año tras año.

Con el correr de los años se encargó de mantener en pie y consolidar el grupo de amigas que había formado con sus compañeras de la escuela secundaria.

Junto a la docencia, otra de sus pasiones fue la repostería, actividad a la que le dedicaba una buena cantidad de horas creando productos para sus familiares, amigos y con los que deleitaba en cada reunión social de la que participaba.

Uno de sus principales lemas de vida ha sido el esfuerzo por concretar objetivos y cada obstáculo que se presentaba lo sorteaba con perseverancia, creatividad y diálogo.

La pronta partida de María Cecilia provocó un fuerte impacto entre sus seres queridos, a quienes le cuesta salir de un estado de profunda congoja por lo ocurrido y la recuerdan como una persona de fuertes convicciones sobre la ética y la responsabilidad que le permitió cosechar afecto en cada ámbito de los que participó.