En La Plata, la cerveza artesanal en achique: dicen que cayó a la mitad la producción local

Hace más de 10 años que La Plata se caracteriza por tener un sector de producción de cerveza artesanal que está entre los más grandes del país, con al menos 35 fábricas activas que abastecen a toda la Región y algunas localidades de la provincia de Buenos Aires. Con eso, son fuente de trabajo para cientos de personas. Con el empuje que los llevó a crecer y capacitarse durante todo este tiempo, los cerveceros locales hoy le hacen frente a la crisis que los obligó a reducir su producción hasta en un 50 por ciento.

Los problemas económicos del país que generan inflación aumentando los costos de producción por un lado, y la fuerte caída del consumo que se profundizó en los últimos tres meses tienen a mal traer a los cerveceros platenses.

“Vamos adaptando las recetas a lo que podamos conseguir para buscar misma tirada de cerveza a menor costo

Gustavo Monópoli
productor

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“Al rubro hay que darle fuerza, y una posibilidad de mostrarse más. Es una industria que genera puestos de trabajo. Tiene su público, pero lógicamente hubo un boom y ahora estamos transitando un momento se vuelca a consumir otro tipo de bebidas pero hay que darle apoyo. Son más de 300 productores platenses, tenemos la capacidad de ser como Villa General Belgrano y pocos lo saben”, comentó Martín Ranea, empresario gastronómico que maneja una cervecería local y es presidente de la Asociación de Amigos de Calle 12.

“La caída del consumo es brutal, con mayúsculas. Estamos trabajando, de promedio, al 45 por ciento de lo normal. Nosotros achicamos la propuesta cervecera a los estilos más consumidos, redujimos la carta segmentándola en tres o cuatro opciones y tratamos de aguantar este momento haciendo muchas promociones para los clientes”, explicó Ranea.

Si bien la inflación de los últimos años impactaba en le precio de la pinta de cerveza, el empresario dijo que “después de diciembre, en estos tres meses, la pinta aumentó un ciento por ciento, por lo que el verano fue terrible, porque es cuando más se consume. Y eso que no trasladamos al precio de venta todo lo que deberíamos haberlo hecho, porque sino no vendemos nada. Hicimos una suba para encontrar un equilibrio en no perder rentabilidad pero sin irnos a un precio privativo”.

Frente a este escenario, en muchas cervecerías se ha optado por reducir costos con servicios que antes eran de cortesía: “Son varios los locales y despachos que ya no dan el platito de maní con la bebida. Es un producto que se encareció, entonces, como era un regalo, en algunos comercios lo cambiaron por pochoclos y otros optan por empaquetarlo y venderlo. Se trata de no perder la calidad del producto pero achicar gastos”.

Gustavo Monópoli es un productor de cerveza artesanal de Parque Sicardi, socio de la Asociación de Cerveceros Artesanales Platenses (Acap), que desde 2014 está al frente del emprendimiento abasteciendo despachos y bares. En el último tiempo, como estrategia para mantener la entrada económica de la que vive su familia e indirectamente tres familias más, está distribuyendo botellas y latas de sus cervezas en los comercios de cercanía de su barrio.

“Mi producción es mas bien pequeña, pero hace un tiempito largo que tenemos mucho menos rentabilidad que al principio. Los insumos vienen subiendo mucho desde el 2023 y no estamos pudiendo pasar esos costos a los precios porque no queremos perder ventas, que por suerte sigue, en nuestro caso, más o menos igual ya que por la forma en que comercializamos nos podemos adaptar a los cambios”, contó el productor.

Para afrontar las subas en los distintos gastos, Monópoli trata de utilizar la mayor cantidad de insumos nacionales. “Hay que tener mucho cuidado con las cuentas porque suben los precios de las botellas, las latas, las etiquetas... Cambió muchísimo la ecuación. Vamos adaptando las recetas a lo que podamos conseguir para buscar misma tirada de cerveza a menor costo. Por ejemplo, reutilizamos la levadura, con un control de calidad más estricto, pero así podemos mantenemos la rentabilidad”, dijo.

“En el último tiempo estuvimos subiendo los precios de venta un 15 por ciento mensual, pero con respecto al año pasado ya llevamos más del doble de incremento. Los cerveceros tenemos una temporada alta de comercialización que va de diciembre a marzo y la época baja que es el resto del año. Le tenemos miedo a mayo, junio y julio, que son los peores meses, porque si la cosa sigue así, mantener la estructura va a ser un desafío”, analizó el productor.

Desde Acap rebelaron que una reciente encuesta que realizaron entre los productores reflejó que de las 35 fábricas activas que hay en la Ciudad, desde octubre hasta ahora, el 98 por ciento redujo sus ventas entre 40 y 50 por ciento, y son pymes de las que viven entre dos y cinco familias en promedio. “Para el volumen que se maneja es muchísimo. Nuestro caudal de venta más grande es en La Plata y algunas fábricas llegan a localidades cercanas, por lo que necesitamos que se reactive la economía”, expresó uno de los dirigentes de Acap.

“Los insumos se fueron a las nubes. Esto ya venía pasando desde el año pasado antes de las elecciones. Pero desde diciembre los precios aumentaron un 140 por ciento y no lo podemos trasladar al producto porque sino no vendemos. Estamos achicando ganancias para seguir activos”, agregó el dirigente.

“Desde diciembre hasta ahora ya cerraron unas cinco fábricas y varios despachos de cerveza de la Ciudad. El que iba a un despacho o a un bar el año pasado se tomaba un promedio de tres pintas y hoy hay clientes que hasta comparten la misma pinta. Además de que va menos gente a los comercios gastronómicos”, destacó esta fuente consultada de Acap y agregó que “noviembre siempre fue el mes que se venía creciendo en volumen de venta, pero el año pasado hubo una baja del 30 por ciento en ese periodo. Ya septiembre y octubre venían bastante flojos, que son los meses fuertes de la actividad, y con ese panorama sabíamos que no había mucha proyección. Fue un año electoral, y suele pasar que cuando hay elecciones la gente deja de consumir bastante”.

FOMENTAR EL TURISMO

En este contexto, las fuentes consultadas coinciden en que una forma de mejorar la situación del sector podría ser reactivar las ferias y festivales cerveceros para incentivar el consumo de la cerveza artesanal.

“Tuvimos reuniones con funcionarios municipales del área de producción y cultura para buscar apoyo en lo que refiere a la organización de eventos como la fiesta de San Patricio, que desde la pandemia no lo pudimos recuperar. La idea es generar eventos gratuitos en forma periódica que queden como un legado para estimular el consumo y beneficiar a los productores. Por otro lado, estamos gestionando con la Provincia mejorar el marco legal de las habilitaciones de los establecimientos que permitan ampliar la comercialización a otros distritos bonaerenses”, informaron desde Acap.

En ese sentido, Monópoli cree que “se tendría que fomentar el turismo cervecero en la Ciudad porque es un polo donde se producen variedades únicas”.

La electricidad pasa factura

Uno de los puntos que los empresarios y productores resaltaron es que las actualizaciones de las tarifas de los servicios impactaron muy fuerte en sus costos. Quienes por ejemplo pagaban una factura de 150 mil pesos, recibieron la última boleta por un monto de 360 mil pesos.

“La suba del gas no nos afectó tanto, pero la electricidad sí. Nuestra industria es muy dependiente de la energía, desde el cultivo, el transporte de gramos, la maltería, la cocción y refrigeración, por lo que el impacto nos pegó muy duro”, expuso Monópoli.

Para Ranea, “cuando el esquema tarifario esté completo del todo, vamos a tener que hacer un ajuste en los precios lamentablemente. Nosotros no dejamos de ser pymes con un vínculo muy cercano con los empleados, los conocemos mucho a ellos y a sus familias. Tratamos de aguantar por todos los medios, y el gran problemas que transitamos hoy es de ventas, porque con mayor volumen de tickets resolvés las cuestiones de aumentos, pero si no hay movimiento de gente es tremendo, ahí es donde se complica el panorama. El gastronómico es un sector que está acostumbrado un poco a los vaivenes de la economía, algunos tenemos una herramienta más para surfear esa ola, pero necesitamos ver que para abril o mayo se retome el consumo de la gente, que pueda salir a comer o tomar algo. Si la cosa mejora, los clientes retoman el hábito y sabiendo de esa fortaleza es que aguantamos”.

En muchas cervecerías redujeron la oferta de variedades de la carta porque no se vende el volumen necesario / Archivo