La casa se ponía en orden

Por WALTER EPISCOPO
SEMBLANZA

Como los calurosos 30 de diciembre de 1984 con el ascenso ante Racing y 30 de enero de 1994 ganando la Copa Centenario frente a River, para las nuevas generaciones, el 28 de mayo de 2013 también será una fecha para recordar. Por que tiene que ver con sentimientos, momentos, lucha y objetivos que se cumplen. Cada uno le pondrá la importancia que quiera, pero son momentos donde no se podía fallar y no se falló. Tras el doloroso descenso de 2011 por errores y horrores adentro y fuera de la cancha, la pérdida de categoría era inevitable tras haber zafado en dos promociones consecutivas, en la tercera el Lobo bajó de categoría. A años luz quedaban las campañas del Viejo Griguol y momentos de esplendor.

Fueron casi 2 años en la segunda categoría que por momentos se hicieron eternos, pero de la mano de Pedro Troglio, aquel martes 28 de mayo cerca de las 18 cuando el partido terminaba en el Estadio Mundialista “Mario A. Kempes”, el Lobo volvía a ser de Primera División.

Poco más de 10 mil Triperos desafiaban la distancia, no importaba que era día de semana y a las 4 de la tarde, estaban en Córdoba soñando con volver a Primera. Ya unos 500, en el Hotel Windsor en el centro cordobés cortaron la calle Buenos Aires e hicieron su fiesta.

Un rato más tarde Gimnasia por la 35° fecha los de Troglio le ganaban 2-0 a Instituto con goles de Facundo Pereyra y Oliver Benítez, y lograban el ascenso varias fechas antes del final. Y el delirio. El llanto. Los abrazos de los hombres vestidos de azul y blanco. “Ahora sí, la casa está en orden... La Plata está en orden. Amo este Club” decía Troglio desbordado por la emoción con su pequeño hijo Mirko en brazos dentro de la cancha.

Gimnasia volvía a Primera y cerraba una herida, por eso es esencial recordar los errores cometidos en el pasado para no volver a cometerlos. “A volver, vamos a volver...” cantaban los hinchas aquella tarde... Y volvieron nomás.