“Casos que marcan una tendencia”

Según indica el especialista platense en ética médica José Alberto Mainetti, “ya existen en nuestro país antecedentes de donaciones intervivos sin que exista parentesco directo que fueron aprobadas por la Justicia. Esos casos sentaron jurisprudencia y hoy, aunque la ley no permite la donación de órganos cuando no existe un parentesco directo, los jueces estudian cada caso y la tendencia es que se los apruebe, considerando cada situación en particular, sus motivaciones, la capacidad del donante y el daño que puede sufrir. Porque para el donante siempre hay un daño”.

Así, si bien Mainetti cree que el caso de Sandra Mihanovich y su ahijada puede motorizar otras situaciones similares en un momento en que en el país “hay una buena predisposición para la discusión de temas bioéticos”, no es dable esperar -al menos por ahora- que la ley contemple y apruebe estos casos en general.

singularidad

“Esto tiene que ver con que estos casos hay que analizarlos en su singularidad. Asegurarse que al donante lo guíe una intención filantrópica y altruista, que esté capacitado para tomar esa decisión y medir las consecuencias del daño que va a sufrir por su gesto”, dice Mainetti.

Así, si bien la jurisprudencia que se va registrando va a favorecer la aparición de nuevos casos, siempre va a ser necesaria la intervención de un juez para autorizar el trasplante.

Para Mainetti, “en esta oportunidad la donación fue aprobada rápidamente, lo que representa un hecho positivo, sobre todo si se considera que se trata de un caso resonante que puede motivar otras donaciones altruistas”.