El Papa confirmó que irá a Río a la Jornada Mundial de la Juventud

CIUDAD EL VATICANO.- El papa Francisco anunció ayer que viajará en julio a Brasil para participar en Río de Janeiro a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). “Aguardo con alegría el próximo mes de julio en Río de Janeiro. Los cito en aquella gran ciudad”, dijo el pontífice argentino dirigiéndose a los jóvenes durante la homilía del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro ante miles de fieles.

“Queridos amigos, también yo me pongo en camino con ustedes, sobre las huellas del beato Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo”, afirmó el Papa argentino. Desde hace 28 años el Domingo de Ramos es considerada la Jornada de la Juventud por la Iglesia católica, por lo que el Santo Padre aprovechó la ocasión para hacer el anuncio oficial de su viaje a Río para participar del encuentro mundial con los jóvenes que se celebra del 23 al 28 de julio. El carisma del nuevo papa Francisco y el hecho de que sea argentino han hecho que, según los organizadores, se estime que asistirán a la Jornada más de 2,5 millones de fieles.

El papa Francisco había manifestado el miércoles pasado a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, su deseo de viajar en julio a Brasil y, si era posible, visitar también el santuario de Aparecida. El primer viaje a América latina del papa emérito Benedicto XVI, quien renunció a su cargo el pasado 28 de febrero, fue hace seis años a Aparecida para participar de la asamblea general de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM). Por su parte, Juan Pablo II visitó en cuatro ocasiones Brasil a lo largo de sus más de 26 años de pontificado.

Francisco presidió por primera vez la misa de Ramos en la plaza de San Pedro con la que se inician los ritos de la Semana Santa, uno de los más importantes para la Iglesia católica. El pontífice argentino bendijo los ramos y realizó la procesión que conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén y sobre todo su pasión y muerte en la cruz. “Queridos jóvenes, los imagino celebrando en torno a Jesús, agitando ramos de olivo; los imagino mientras aclaman su nombre y expresan la alegría de estar con él. Ustedes tienen una parte importante en la celebración de la fe. Nos traen la alegría de la fe y nos dicen que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre, incluso a los setenta, ochenta años”, clamó durante su homilía, improvisando algunas veces para citar a su predecesor, Benedicto XVI, a quien visitó el sábado en la residencia de Castel Gandolfo.

ENCUENTRO DE FE

La Jornada Mundial de la Juventud es una iniciativa para profundizar la fe de los jóvenes que el cardenal argentino Eduardo Pironio sugirió al papa Juan Pablo II y cuyo encuentro internacional se realiza año por medio fuera de Roma, habiendo sido el primero en Buenos Aires en 1987.

En 1984, más de 300.000 jóvenes del mundo llegaron a Roma para el Jubileo Internacional de la Juventud y muchos de ellos acudieron a la misa del Domingo de Ramos que presidió el pontífice polaco en plaza de San Pedro. Sorprendido por esa multitud, en vísperas de la celebración que da inicio a la Semana Santa, Juan Pablo II les dijo la noche anterior: “Que fantástico espectáculo verlos aquí hoy ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día habían perdido sus valores? ¿Quién dice que no se puede contar con ellos?”

Juan Pablo II confió entonces a los jóvenes una enorme cruz de madera, para que la llevaran a todos los rincones del mundo. Aquel acontecimiento fue el disparador para que el cardenal Pironio, quien era entonces presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, sugiriera la idea de organizar encuentros internacionales para profundizar y acompañar la fe de los jóvenes. Juan Pablo II aceptó la iniciativa y una semana después anunció la creación de la Jornada Mundial de la Juventud, encomendando al purpurado argentino la responsabilidad de organizarla.