Hacia la configuración de un nuevo tablero político

LA CANDIDATURA DE SERGIO MASSA POR FUERA DEL KIRCHNERISMO GENERARÁ MOVIMIENTOS FUERTES EN EL ESCENARIO ELECTORAL BONAERENSE

Por MARISA ALVAREZ

La confirmación de que Sergio Massa encabezará -en el distrito donde el kirchnerismo se jugará la suerte de estos comicios y por lo tanto su tránsito hacia el 2015- una lista de candidatos por afuera del armado electoral del Gobierno, implica un fuerte impacto no sólo en el mapa electoral bonaerense sino también, y fundamentalmente, en el tablero político nacional.

Ocurre que el intendente de Tigre ingresará en estas arenas electorales apoyado en encuestas que han venido mostrando desde hace meses que es, del listado de potenciales candidatos en la Provincia y aún de algunos referentes políticos, el que concentra mejor imagen y mayor nivel de adhesión eventual. Y Massa es, además, un dirigente que no declara pero tampoco esconde demasiado sus ambiciones: hace rato que -sin decirlo públicamente, como sí hizo Daniel Scioli hace ya más de un año- en sus objetivos para el 2015 tiene prolijamente anotados planes A y B: la presidencia de la Nación y la gobernación bonaerense, en ese orden alfabético.

BARAJAR Y DAR DE NUEVO

Es desde esas “condiciones” revulsivas, que la candidatura de Massa funcionará como una especie de “barajar y dar de nuevo” en el panorama electoral primero y en el escenario político nacional después.

Massa competirá frente un oficialismo que no encontró esta vez un candidato “fuerte”, con niveles de instalación e imagen que garanticen un arrastre de votos. Así, aunque los sondeos indican que el espacio mantiene en el electorado bonaerense un núcleo duro de sufragios del orden del 30%, seguramente su participación redoblará la decisión de la Presidenta de “ponerse al hombro” la campaña del Frente para la Victoria.

REACOMODAMIENTOS OPOSITORES

Pero además la candidatura de Massa reconfigurará el mapa de la oposición, donde hasta ahora las encuestas mostraban que, si no jugaba Massa, Francisco De Narváez concentraba las mayores adhesiones, seguido por la dupla Stolbizer-Alfonsín.

A De Narváez esa cosecha, desde una postura marcadamente crítica del gobierno nacional, no le alcanzaba para imponerse sobre la nómina del FpV, pero indicaba que, a partir de los resultados de las primarias, podía beneficiarse de una posible polarización del electorado en octubre. Pero ahora, parte de ese voto “opositor”, de perfil peronista, pasará a Massa -según lo indican las encuestas- que además cosecha adhesiones en segmentos del electorado con diversas definiciones políticas, incluida una porción del que adheriría al oficialismo, y que, en esa sumatoria, podría, como se dijo, imponerse ya en las primarias. La integración de la lista que encabezará muestra, justamente, la intención de reflejar esa variedad de adhesiones.

No obstante, los analistas estiman que durante la campaña habrá un reacomodamiento de los niveles pre-electorales de adhesión. Las tendencias troncales del electorado bonaerense vienen mostrando una fuerte polarización K-anti K, es decir, pro Gobierno-oposición dura. Y se entiende que, ya candidato, Massa no podrá mantener la estrategia que sostuvo hasta ahora, signada por evitar definiciones sobre cuestiones institucionales y políticas que han venido generando fuertes polémicas, desde la reforma de la Justicia y la eventual re-re de Cristina, pasando por la inflación, el cepo cambiario y las denuncias de presunta corrupción sobre figuras del kirchnerismo.

Mientras tanto, De Narváez desplegará una estrategia destinada a reforzar la instalación de que es él quien representa al sector realmente crítico y opositor, y desde otro posicionamiento en el arco político lo mismo intentará el Frente UCR-Fap, “trabajando” sobre el presunto matiz kirchnerista de Massa.

Los mismos analistas, de cualquier modo, estiman que la irrupción de Massa en el escenario electoral a partir del perfil de “moderado, joven y con experiencia de gestión” que cultiva, le garantizarían una muy buena cosecha electoral. Al margen que, desde ya, sus definiciones sobre los asuntos “calientes” podrían terminar de posicionarlo.

Por eso, y por su objetivo presidencial para el 2015, Massa pasará a ser un acto central en el escenario político nacional. Los analistas entienden que, aún sin ganar, con obtener ahora una cosecha de votos que lo deje muy cerca de la boleta del kirchnerismo, Massa se convertirá en un protagonista de la política con miras a las definiciones del 2015.

EL GOBERNADOR, GOLPEADO

Por lo demás, también la decisión de Daniel Scioli de permanecer en el kirchnerismo, tras dos días de negociaciones para un eventual acuerdo electoral con Massa, gravitará en el rediseño del escenario político. El Gobernador había logrado, hasta ahora, ir instalando crecientemente sus “diferenciaciones” con el gobierno nacional y el kirchnerismo, y apoyado en su condición de ser el político con proyección nacional con mejor imagen positiva, transitaba confiado el camino hacia su aspiración de ser el candidato presidencial del peronismo sin ultrakirchnerismo del 2015. Está claro que ahora encontrará en Massa un durísimo adversario para ostentar esa postulación desde el mismo lugar político.

Pero además el Gobernador se quedó -según indicaban los indicios disponibles al cierre de esta edición- dentro del oficialismo pero sin candidatos propios en ese espacio, en un reflejo de que la pésima relación entre la Rosada y Scioli no se alteró, finalmente, por esta instancia electoral; situación que podría tener incidencia no sólo en su destino político sino también en la gobernabilidad de los dos años de mandato que le quedan.