Una polémica de larga historia

EN EL AÑO 2000 SE APROBÓ LA ORDENANZA MUNICIPAL QUE SANCIONA LA ACTIVIDAD DE LOS LAVA-AUTOS EN LA VÍA PÚBLICA

El debate en torno a la conflictiva cuestión de los “trapitos” tiene en nuestra Ciudad una larga historia de incidentes, reclamos, propuestas encontradas y una solución que no se deja ver.

Uno de los momentos más álgidos de esa controversia hay que situarlo entre fines de 1999 y el año 2000, cuando en marzo finalmente se sancionó la ordenanza municipal 9127, que prohíbe el desarrollo de la actividad.

En el camino hasta su sanción definitiva hubo de todo. Y un año después, en la prensa se hablaba de que la ordenanza para erradicar a los cuidacoches marchaba “rumbo al fracaso”, ya que los trapitos seguían mandando en la vía pública.

La pregunta era qué hacer con los cuidacoches, y a su alrededor giraban las propuestas. En 1999 un proyecto proponía erradicar a los “trapitos” y lavaautos de la vía pública y, en unos de sus puntos más controvertidos, contemplaba la posibilidad de multar a los automovilistas que les dieran propinas. Pocos días después se dio marcha atrás con ese controversial punto del proyecto.

También se dio una amplia discusión, que involucró planteos por discriminación de comunidades extranjeras. Es que por esa época quienes ejercían la actividad eran mayoritariamente ciudadanos de otros países que no tenían papeles en regla. Incluso, hubo nueve cuidacoches de Perú que debieron abandonar el país por orden de Migraciones.

Sin perder terreno, hubo hasta quienes ampliaron el campo de acción, de cuidacoches a “cuidacasas”; se ofrecían para vigilar las viviendas de quienes debían salir a trabajar durante el día.