Otro episodio que mete miedo en los hospitales

EL AÑO PASADO, TRABAJADORES DEL HOSPITAL ALEJANDRO KORN DE MELCHOR ROMERO REALIZARON UN ABRAZO SIMBÓLICO EN ESE CENTRO DE SALUD EN RECLAMO DE MÁS MEDIDAS DE SEGURIDAD

Hay un diagnóstico en el que suelen coincidir los especialistas que intentan explicar la violencia que, con alarmante frecuencia, estalla en los hospitales de la provincia de Buenos Aires: se trata de un “fenómeno multicausal”, afirman. Al momento de enumerar esos factores, aparecen en primer término la ausencia de una cultura sobre derechos y deberes entre el personal médico y el usuario de hospitales, fallas en la comunicación médico-paciente y, sobretodo, una creciente agresividad e intolerancia presente en la sociedad que termina estallando en el ámbito hospitalario.

Esta vez, el episodio que renovó la preocupación por las agresiones en el sistema de salud ocurrió en nuestra ciudad. Fue cuando dos mujeres entraron con armas al hospital Gutiérrez y amenazaron a un policía para “rescatar” a un delincuente, que estaba detenido en ese centro médico porque había sido baleado poco antes en un asalto.

Sin embargo, constituye un nuevo eslabón de una cadena de graves hechos que se vienen sucediendo en hospitales provinciales y que provocan que cada día se trabaje con más temor en los centros de salud (ver recuadro).

MULTIPLES FACTORES

En esta inquietante dinámica intervienen también otros factores tienen que ver con cambios de valores y códigos sociales que resintieron la relación médico-paciente y el respeto hacia los hospitales y los equipos de salud. A su vez, profesionales del área consultados, han mencionado las deficiencias en las prestaciones hospitalarias que actúan potenciando la violencia que viene de la calle.

Y si bien las autoridades tomaron nota del problema e impulsaron algunas medidas preventivas, por ahora la problemática parece lejos de erradicarse por completo. En esa dirección, a fines del año pasado (y a raíz de otra seguidilla de hechos violentos) se decidió implementar botones antipánico en las guardias de más de 70 hospitales públicos, además de teléfonos con handy para el personal de seguridad y un 911 Hospitales para solicitar el auxilio de la fuerza pública.

Todo eso, por ahora, no alcanza. Por ejemplo, en nuestra ciudad, el último suceso de estas características en trascender fue el que se produjo el 28 de agosto pasado en el hospital San Martín, cuando un grupo de inadaptados copó la guardia, amenazó al personal y causó destrozos. Y todo porque debían esperar para realizar una placa radiográfica a un hombre que había sufrido lesiones por una caída.

“Los tres técnicos que estaban en ese momento, la paciente y sus allegados tuvieron que encerrarse rápidamente en un cuarto del sector para evitar ser golpeados”, contó en esa oportunidad Horacio Romero, delegado general en ese hospital del Sindicato de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires.

La inquietud atraviesa todos los actores del área de la salud, debido a que los episodios que salen a la luz por los medios son sólo una parte del problema, ya que también están las silenciosas agresiones verbales que, día a día, deben soportar los trabajadores de los hospitales. Y que no tienen porque existir en esos ámbitos.