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Después de 19 años el Pincha volvió a ser León del Bosque

El triunfo 1-0 sobre el Lobo le permitió cortar una larga racha sin festejos en 60 y 118, y extender su ventaja en el historial del clásico

17 de Marzo de 2014 | 00:00

El pitazo de Patricio Loustau liberó todas las tensiones en el Bosque. Y arrancó allí mismo el festejo de los que hicieron realidad, dentro de la cancha, este logro que tuvo más que la recompensa de los tres puntos.

Estudiantes se hizo fuerte ayer en un reducto que le era esquivo desde hace 19 años, impuso su oficio y, especialmente, su estrategia, y luego de golpear de entrada y aguantar luego todo lo que le tiró su ayer confundido rival, le propinó el duro golpe que significa caer en su propio reducto y ante su propia gente en las tribunas.

Pero hubo más recompensas aún a tanto esfuerzo realizado a lo largo de 90 minutos. Es que consiguió treparse a la punta del torneo, que comparte con el sorprendente Colón.

Está claro que Estudiantes hizo una mejor lectura del partido. Trató de no ser sorprendido, pero lo sorprendió al local en una jugada de contragolpe que arrancó con Carrillo, que habilitó de taco a Correa, la corrida de este que luego habilitó a Franco Jara que se filtró en el área por la izquierda aprovechando un grosero error de la defensa mens sana y luego con remate cruzado al segundo palo selló la suerte del clásico Nº 151 del profesionalismo.

Y vaya si este gol quedará en el recuerdo del jugador cordobés que pudo marcar por primera vez desde que viste la casaca albirroja.

Y entonces allí, en ese sector de la cancha muy cercano al reducido sector de plateas en donde se encontraban ayer algunos dirigentes y allegados, titulares y suplentes albirrojos exteriorizaron su tremenda alegría por quedarse con un partido que todos quieren ganar y de cualquier forma.

Hubo tiempo, luego, para agradecer la demostración de fe y de apoyo de la gente en la previa, que le dio al grupo un decisivo empujón anímico, y el propio técnico Mauricio Pellegrino puso especial énfasis en ponderar el esfuerzo que realizaron sus jugadores.

Y vaya que se esforzaron ayer como que dos de ellos salieron antes muy sentidos, mientras que casi no hubo ninguno que no acusara alguna molestia, especialmente calambres, que, por supuesto, en el cierre del partido, se magnificaron más de la cuenta, aunque deja abierta una puerta para evaluar si el plantel está bien en lo físico.

Cuestiones estas al margen, ayer se asistió a un clásico que arrancó de vuelo bajo, que luego se potenció lo suficiente como para estar a la altura, porque uno defendía la ventaja que había conseguido y el otro salió disparado para poder llegar al empate.

Y cómo nadie quiere arriar las banderas y porque los nervios juegan un rol principalísimo, en el cierre hubo incidentes, lamentablemente, dentro y fuera de la cancha. Porque Patricio Rodríguez se resistía a ejecutar un córner porque le llovían proyectiles arrojados desde la tribuna, Facundo Pereyra le recriminó eso, se cruzaron verbalmente, se empujaron y el árbitro cortó con el tumulto que se generó allí expulsando a los dos.

Después ocurrieron cosas lamentables fuera de la cancha (ver aparte), y pasado el tiempo, quedaron flotando otras imágenes de lo que fue el clásico 151.

El gol de Franco Jara, por ejemplo, producto de una muy buen acción colectiva. Las atajadas de Rulli y Monetti. Los ingentes esfuerzo de los técnicos por acomodar tácticamente a sus equipos. Las variantes. Los lesionados. Los cambios estratégicos sobre la marcha. Y el esfuerzo individual y colectivo por ambos lados, ya que nadie se guardó nada ayer, como debe ser.

El arbitraje del debutante Loustau, que supo estar a la altura. Y los lamentables incidentes que parecen cada vez más enquistados en nuestro fútbol y parece no haber modo alguno de poder evitarlos.

El clásico platense tuvo un cabal ganador, que hizo mejor las cosas dentro de la cancha, y un perdedor que, aún arrastrando sus problemas, nunca arrió las banderas de la búsqueda y del esfuerzo.

Quedaron también estos detalles: Gimnasia perdió un invicto de cinco fechas como local, el cual incluía dos victorias y tres empates. Estudiantes, por su parte, cortó una racha de cuatro partidos sin triunfos, con tres empates y una derrota, luego de un arranque ideal con tres éxitos en serie. Y vaya si tuvo un sabor especial esto.

La última vez que Estudiantes se había retirado victorioso del Bosque había sido el 17 de diciembre de 1995 cuando se impuso por 3-0, con dos goles de José Luis Calderón y uno de Sergio Catán.

Pasó otro clásico, con junto ganador, y un montón de emociones y hechos negativos como para reflexionar en la semana.

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