“Subí a mamá al techo del auto y nos quedamos ahí varias horas”

IRMA Y SERGIO PASARON LA MADRUGADA DEL 2 DE ABRIL SOBRE EL TECHO DE UN AUTO Y LUEGO ENCIMA DE UNA MESA. “SI EL AGUA SUBÍA MÁS, MI PLAN B ERA TREPAR AL TECHO”, DIJO ROLETTO

Después de haber vivido varias tormentas fuertes en las que el agua les entró a su casa de 17 entre 44 y 45, Irma Prandi - 88 - y Sergio Roletto -58-, su hijo, se dieron cuenta que la del 2 de abril no sería una lluvia más. Al caer la noche, con el agua ya en las rodillas, empezaron a pensar en la posibilidad de irse en busca de un lugar seco; sin embargo, como empecinados en no cambiar sus planes, decidieron cenar antes de dejar la casa.

“Nos íbamos a ir a la casa de mi hermana, pero mamá quiso que nos comiéramos unos panchos; a esa altura ya teníamos agua en toda la casa”, señala Roletto.

Con la experiencia de inundaciones anteriores, Sergio decidió que la mejor vía de escape era la cochera. El agua ya superaba el metro por varios centímetros. Alzó a su diminuta madre, la trasladó hasta ese lugar de la casa, pero cuando quiso salir, se dio cuenta que la 17 era un torrentoso río que no podían enfrentar.

“Subí a mamá al techo del auto y allí nos quedamos varias horas, después pensé que el agua podía taparnos y decidí armar un refugio en la cocina”, recuerda.

En medio de muebles que flotaban hasta chocar entre si o contra las paredes, Sergio logró nadar hasta la cocina y sentar a su madre en una de las tres sillas que colocó sobre la mesa. Allí pasaron interminables horas en las que el silencio solo se interrumpía por desgarradores pedidos de auxilio provenientes de la calle.

“No se podía salir porque el agua corría con furia; no me quedó otra que quedarme junto a mi mamá para contenerla y cuidarla”, agrega Sergio, aún quebrado por la angustia.