El Niño y las alteraciones climáticas

El Niño se origina en sobre el Pacífico ecuatorial, por un cambio en las corrientes marinas, y afecta a todo el planeta. Su acción produce anomalías de temperatura (muy bajas o extremadamente elevadas) o de precipitaciones (escasas o excesivas). En este hemisferio la alteración climática ocurre con las lluvias.

Se trata de un fenómeno que se conoce desde hace siglos y cuyo primer registro se tiene por parte de antiguos pescadores de las costas del Perú y Ecuador. Sus causas y efectos, no obstante, fueron explicados recién hacia 1970, pero sus mecanismos aún siguen bajo estudio.

El nombre de El Niño le fue dado por aquellos pescadores que observaban el evento en los últimos días de cada diciembre y en la época cercana al nacimiento de Jesús.

Este evento, que, aclaran los expertos, no tiene ninguna vinculación con el calentamiento global, se produce porque se modifican los patrones atmosféricos, especialmente la presión en regiones distantes, como así también la dirección y la velocidad de los vientos. El proceso se desarrolla en alrededor de seis meses, por lo general entre junio y noviembre.

“Por el momento se estima que el evento comenzará en agosto y probablemente se extenderá hasta principios de enero. De todos modos, puede variar su intensidad y extensión. Varios marcadores indican que este puede ser un “El Niño” fuerte como el de 1997 -1998, que sin embargo no afectó en forma significativa a nuestro país - explicó el especialista en meteorología Mauricio Saldívar -. Como sucede habitualmente en este tipo de episodios, la región del NEA argentino puede ser una de las más afectadas, con precipitaciones excesivas que causarán inundaciones por desbordes de ríos y arroyos, y también por intensidad de precipitación. En el resto del país, si bien puede llover más que lo habitual, el impacto no va a ser tan marcado”.