¿Qué se controla a los egresados?

En Bariloche, destino tradicional de los viajes de egresados, se decidió hace más de una década implementar estrictos controles y un conjunto de reglas que apuntan a “anular” episodios relacionados con el exceso en el consumo de alcohol en los jóvenes.

A mediados del año 2000, por ejemplo, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza 1051, que reglamenta el alojamiento para grupos de turismo estudiantil. En los fundamentos de la norma se afirma que apela a la “vigilancia debida, la coordinación acorde y el no expendio y consumo de bebidas alcohólicas”.

De acuerdo al texto de la norma, la secretaría de Turismo es el órgano de control y fiscalización de su cumplimiento. Entre otros puntos, en el anexo 1 inciso 5 se establece que “en ningún caso podrá expenderse o servirse en el establecimiento ningún tipo de bebida alcohólica”. Y agrega que “siempre y en todos los casos, el establecimiento deberá contar con una persona responsable o asignada por la firma propietaria para atender a los funcionarios actuantes (inspectores)”.

Además, se indicó que los contingentes de egresados que llegan hasta Bariloche deben pasar por al menos dos controles por tenencia de alcohol. El primero es al ingresar a la ciudad, cuando inspectores municipales suben al colectivo y revisan para buscar alcohol y pirotecnia.

Pero los controles que esta vez desataron la polémica son los que agentes realizan de forma sorpresiva en los hoteles donde se alojan los alumnos, debido a que ingresan a las habitaciones para detectar los mismos elementos.

Desde la secretaría de Turismo de esa ciudad se informó además que se realizan entre 2000 y 2200 actas de inspección por año y que “jamás hubo un inconveniente ni mucho menos una causa judicial”.