"Quería mostrar el dolor que sentí al ver a Aylan", dijo la fotógrafa

"No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera escuchado en el mundo, y lo hice con su fotografía". Con esa frase, la fotorreportera turca Nilüfer Demir describió la fotografía que tomó del cuerpo del nene kurdo-sirio de tres años, que murió ahogado tras el naufragio de la embarcación en la que viajaba con su familia rumbo a una isla griega, para escapar de la guerra. 

Nilüfer Demir estaba sacando fotos en la península de Bodrum, Turquía, cuando de repente vio la imagen del cuerpo de  Aylan Kurdu tendido boca abajo sobre la arena, en la orilla del mar. La autora de la foto que dio la vuelta al mundo relató con ese momento se le "heló la sangre". 

La fotorreportera cubre noticias sobre inmigración y refugiados desde hace años para la agencia de prensa turca Dogan, pero según afirmó nunca le tocó ver algo semejante. "Sólo quería mostrar el dolor que yo sentí al ver a Aylan", contó sobre la fotografía. 

Demir vio también el cuerpo de Galip, hermano de Aylan tendido sobre la arena. 

"Galip estaba tirado a 100 metros de su hermano. Me acerqué a él. Me di cuenta que ninguno tenía salvavidas, flotadores o algo que los ayudara a flotar. La imagen muestra cuán dramático fue el incidente", relató. 

"He fotografiado y atestiguado muchos incidentes de inmigrantes desde 2003 en esta región... Sus muertes, sus dramas. Espero que algún día, eso cambie", concluyó la fotorreportera. 

La imagen del niño kurdo-sirio se ha convertido en un símbolo de la tragedia de los refugiados sirios que escapan de la guerra en su país e intentan llegar a Europa.

"Tenía un nombre, Aylan Kurdi. Urgencia de reaccionar. Urgencia de una movilización europea", escribió hoy en Twitter el primer ministro de Francia, Manuel Valls, que pidió la rápida movilización europea para paliar el drama del éxodo de refugiados.

También murió la madre de ambos, Rehan, y el único miembro de la familia rescatado con vida fue el padre, Abdulá Kurdi.

La familia procedía de Kobani, símbolo de la resistencia kurda ante el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que la asedió durante meses, intentaba huir a Canadá, donde vive la tía de niño, que trabaja de peluquera.

Doce de los 23 refugiados que dejaron Bodrum en dos barcos para llegar a a las isla griega Kos murieron cuando sus embarcaciones se hundieron la noche del martes. 

Siete refugiados fueron rescatados y dos más llegaron a la costa en sus chalecos salvavidas. Otras dos personas siguen desaparecidas. Seis de los refugiados muertos eran niños de entre 9 meses y 11 años de edad, y Aylan era uno de ellos.