Desde la Iglesia reclamaron evitar el odio

La Iglesia argentina, a través de sus representantes eclesiásticos en distintas provincias, realizó ayer un fuerte y unánime llamado a que no haya “odio” ni “peleas” y “superar la idea de que el otro es un adversario o un enemigo”, en tanto reclamó a los candidatos un “diálogo maduro” para evitar un “triste espectáculo” y que se comprometan a cumplir “con lo prometido” en campaña.

A través de las misas ofrecidas en distintos puntos del país con motivo del 205 aniversario de la Revolución de Mayo, el cardenal Mario Poli así como los arzobispos Agustín Radrizzani (Mercedes-Luján), Alfredo Zecca (Tucumán), Vicente Bokalic (Santiago del Estero) y José María Arancedo (Santa Fe) llamaron a refundar el “vínculo social” y a que los candidatos “se comprometan a poner en claro sus ideas y programas de gobierno y que cumplan con lo prometido”.

Ante la presidenta Cristina Fernández, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Radrizzani, apeló a un mensaje del papa Francisco para llamar a los argentinos a “cuidarse” entre sí y evitar odios y peleas, al tiempo que exhortó a “cultivar la auténtica convivencia”. “No se hagan daño. Cuídense. Cuiden a los niños, cuiden a los ancianos. Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envida, no le saquen el cuero a nadie, dialoguen”, subrayó citando al Papa.

“DEJEN DE LADO LA ENVIDIA”

“Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia, no le saquen el cuero a nadie, dialoguen”, subrayó citando al Papa.

Radrizzani presidió el Tedéum en la basílica de Luján, al que acudieron la primera mandataria y su gabinete, y se mostraron juntos el gobernador Daniel Scioli y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, precandidatos del kirchnerismo a la Presidencia.

En la homilía, el arzobispo sostuvo que en esta “nueva etapa de nuestro camino en la historia, siempre será oportuno cultivar la auténtica convivencia entre todos los argentinos”

La Presidenta, con motivo del 205 aniversario de la Revolución de Mayo, estuvo vestida con un tapado celeste y una bufanda blanca, los colores patrios.