Día “sándwich”: los bancos y los cajeros fueron un infierno

Cerca del mediodía, en el sector del Banco Provincia que da a calle 6 la gente empezó a aplaudir. Los que lo hicieron más fuerte fueron los adultos mayores. Es que estaban cansados de esperar, la cola no avanzaba y era demasiado larga. Fue apenas una postal de un día infernal, donde los bancos y los cajeros automáticos se vieron desbordados luego del paro del martes y de los feriados de hoy y mañana. También se le sumó el pago a estatales que comenzó ayer.

“Disculpe, tengo que cobrar por caja”, le dijo una mujer mayor al policía que se encontraba organizando a la multitud agolpada en ese sector de la entidad bancaria. “Es por ahí”, señaló el agente, amablemente, pero añadió: “La cola se corta acá para ordenar a la gente, pero sigue por allá”. Por allá era el pasillo que comunica con la nave central del edificio, hacia avenida 7. Y la cola seguía y seguía, y recién finalizaba a menos de 20 metros de la entrada principal.

Esa postal no se podía apreciar si no se entraba al banco, pero a la vista del público había una cola similar sobre calle 47, esperando para sacar dinero de los cajeros de 47 y 6.

Así las cosas, muchos preferían probar suerte en otros cajeros, pero la suerte apenas pasaba por cambiar una cola de una cuadra por otra de media.

Todo el centro platense estuvo dominado por aglomeraciones de gente en los bancos y cajeros. Y es que aquel que no lograra realizar determinado trámite o sacar dinero ayer, no tenía otra opción que esperar hasta el lunes.

El combo del paro del martes y el fin de semana extralargo se hizo sentir y puso a prueba la paciencia de miles de platenses.

El panorama se repitió en todos los cajeros y bancos, sin excepción alguna. Incluso los privados funcionaron con persistentes colas hasta el último minuto de atención.

En 50 entre 5 y 6; en la línea de cajeros de calle 6; en 7 y 54; en las entidades que se extienden por diagonal 80, desde 2 hasta cerca de Plaza San Martín; en todas las de avenida 7, calle 8 y las que unen ambas arterias. Colas y más colas, y un tránsito directamente imposible.

¿queda plata?

El temor que ganaba a quienes esperaban pacientemente en una fila para llegar hasta un cajero automático era que se acabe el dinero. Algo que suele suceder a menudo, incluso sin necesidad de tanta demanda.

Por ello, cada vez que alguien entraba y salía rápido, la pregunta de quienes le seguían en la fila era “¿queda plata?”.

En ese contexto también fueron postales repetidas las interminables colas frente a un banco con tres cajeros pero con uno solo funcionando. Todo se tornaba más lento.

“Para hacer un trámite en un banco hoy tenés que tener el día libre”, dijo un hombre de mediana edad que hacía cola sobre 47 entre 7 y 8. La mujer destinataria del comentario no le respondió, apenas si lo miró, pero su cara de fastidio lo decía todo.

También sobre calle 12 hubo inconvenientes, siempre sumados a embotellamientos de tránsito.

Lo cierto es que el “día sandwich” entre el paro del martes y los feriados de Semana Santa se convirtió en un verdadero infierno; el único consuelo fue que para la mayoría se avecinaban días no laborables.

Igualmente caótico, y con un par de episodios que rozaron una gresca, fue el panorama que se vivió en el Anses de 13 y 60, frente a la Plaza Paso.

se “cayeron” 400 turnos

Se vivieron momentos de tensión en la sede del Anses. Y es que ayer se juntaron aquellos que no fueron atendidos el lunes y martes -por diferentes motivos- con los que concurrieron a buscar nuevos turnos.

Resulta que en ese organismo el lunes hubo paro en protesta por la agresión que sufrió una empleada embarazada el viernes de la semana pasada.

Y el martes, a raíz de la huelga general, prácticamente la atención al público fue nula.

De ese modo, según informaron en la entidad, se “cayeron” 200 turnos del lunes y otros 200 del martes. Y en la víspera se desató el caos.

Como se dijo, quienes no pudieron hacer su trámite en los dos primeros días de la semana fueron ayer para que les reprogramaran el turno, muchos de ellos con la ilusión de ser atendidos en el momento. Y a ellos se sumaron quienes iban a buscar turnos nuevos.

Eso provocó una enorme confusión entre la gente, que se agolpó en gran número en la vereda, y escenas de tensión. En más de una oportunidad tuvo que intervenir personal de seguridad y empleados del organismo para calmar a los más exaltados.