Las obras en construcción complican a los peatones

Sobre calle 14, casi esquina 59, un corredor de poco más de un metro es el único paso que queda entre las chapas que bloquean la vista al interior de la construcción, y las enormes bolsas de arena y piedra que esperan a ser utilizadas en el borde exterior de la vereda. La ancha acera de varios metros de ancho, por donde todos podrían circular cómodamente, queda así limitada a un angosto paso que no siempre permite el paso de dos personas a la vez.

Un escenario similar se da en diagonal 77 entre 1 y 2, y entre 5 y 6, en calle 6 entre 43 y 44, en 51 entre 9 y 10, entre otros cuadras de la Ciudad, en las que las veredas se encuentran “invadidas” por el avance de las construcciones de inmuebles -en su gran mayoría edificios- que a veces se prolongan por años. 

Entre los vecinos no faltan los relatos de caídas, tropezones y resbalones producto de los "obstáculos" que deben sortear a la hora de circular frente a una obra en construcción. 

Cuentan que, incluso en aquellas veredas donde se ha tenido la precaución de colocar tablones de madera, no se está a salvo de perder el equilibrio, ya que muchos de los pisos están apoyados sobre superficies irregulares y se tambalean y hunden peligrosamente, un verdadero obstáculo para las personas de mayor edad o con dificultades motrices.

“A veces es realmente más fácil caminar por la calle que subir y bajar por los desniveles de las veredas”, señaló una mujer que, volviendo del supermercado, arrastraba su carrito por la vereda de diagonal 77, casi llegando a la esquina de 1.

El edificio que está en construcción en esa cuadra, hace años que erigió una fachada de chapa para prohibir el acceso, y avanzó progresivamente sobre la vereda. Hoy en día, los cientos de estudiantes que se dirigen a las varias facultades que se encuentran en la zona del Bosque suben y bajan por los desniveles de la vereda, u optan directamente por la calle, caminando entre la línea de autos estacionados y los que circulan por la diagonal.

De acuerdo a los datos aportados por Control Urbano, alrededor del 20% de los 900 reclamos mensuales recibidos en esa entidad corresponden a aquellos relacionados con problemas por obras en construcción.

El titular de ese organismo, Gustavo Luzardo, explicó que “por el sistema entran denuncias permanentemente. Control Urbano cuenta con un equipo de profesionales e inspectores liderado por una arquitecta que sale a hacer inspecciones”.

El funcionario agregó que “cada vez que recibimos una queja, vamos al sitio de la obra y aprovechamos para hacer una verificación integral de las condiciones de construcción”.

Sobre las cuestiones que se verifican, Luzardo explicó que “en la vereda no tiene que haber ni bolsas de arena, ni ladrillos, es decir, el paso debe estar totalmente libre. Si al hacer el procedimiento detectamos alguna irregularidad, hacemos una acta de contravención, que se entrega al Juzgado de Faltas Nº 4”, autoridad encargada de aplicar las correspondientes multas.