Una mujer estuvo casi 4 horas a merced de un delincuente armado

Una mujer fue liberada ayer por la policía tras permanecer durante casi cuatro horas como rehén de un delincuente que había entrado a su casa para robar, el que finalmente fue detenido, dijeron fuentes policiales.
Según indicaron los voceros consultados, otro joven que había participado del comienzo del asalto logró escapar sin concretar la toma de la rehén, y ayer por la mañana era buscado por la policía, confirmó el comisario mayor mayor Jorge Bortolini, jefe de la Zona Norte de la Policía Federal.

La liberación de Paola Condina, una contadora pública de 27 años, fue realizada por agentes del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF), que tras disparar bombas de estruendo rompieron la puerta de la vivienda e irrumpieron en su interior.
Todo comenzó a las 5.30 en una casa ubicada en pasaje Toay 3356, entre Campana y Llavallol -en el noroeste de la Capital-, cuando dos hombres intentaron robar al padre de la víctima, que salía de su casa para dirigirse a su trabajo en una empresa embotelladora de la localidad bonaerense de Pilar.
En esa oportunidad hubo un forcejeo con el dueño de casa que terminó cuando uno de los asaltantes quedó dentro de la vivienda y tomó a la familia como rehén, en tanto el restante prefirió escapar.
De acuerdo con el informe policial, el dueño de la casa tuvo que ser llevado a un hospital, debido a que sufrió un corte en el cuero cabelludo, producto del culatazo que le habría propinado uno de los asaltantes.
En principio se había dicho que los rehenes eran el matrimonio y sus dos hijos, un hombre y una mujer, pero que en un descuido del maleante los padres y el hijo lograron escapar y pudieron llamar a la policía.
El comisario Bortolini indicó al respecto que el propietario de la casa quedó afuera luego de forcejear con los ladrones, y que la mujer -Graciela- y el hijo menor -Sebastián, de 23 años- lograron huir por la casa vecina.
Tras ser alertados por los vecinos, debido a los fuertes gritos que hubo en la puerta de la vivienda, varios móviles de las comisarías 43¦ y 19¦ llegaron al lugar junto a miembros del GEOF, que mantuvieron rodeada el área.
En todo el operativo intervinieron unos 150 policías y se utilizaron más de 30 vehículos, según estimaciones periodísticas.
El negociador policial, identificado como "Pablo", y el titular de la fiscalía porteña número 38, Alejandro Ariel Esmoris, encabezaron las negociaciones con el maleante, a quien le hicieron llegar un teléfono celular y un chaleco antibalas.
Además, los encargados del operativo ordenaron que se cortara de inmediato la televisión por cable en toda la zona, para evitar que el delincuente sepa cuál era el accionar policial.
A las 9,50, cuando el secuestro de Paola llevaba algo más de cuatro horas, los integrantes del GEOF -junto con el negociador- lograron que el ladrón saliera con la mujer hasta el hall de la casa, y allí arrojó el arma y se entregó.
Inmediatamente, el hombre fue detenido y conducido a la comisaría local, en tanto la mujer se reunió con sus familiares y con el psicólogo de la policía.
"El delincuente y la rehén salieron caminando, y en el hall el ladrón tiró el arma y se entregó", dijo el comisario Bortolini, quien además explicó que los disparos que se escucharon en realidad fueron bombas de estruendo y detonaciones que se hicieron para abrir la puerta de acceso a la casa.
Asimismo, Bortolini aseguró que todo el trabajo lo hizo el GEOF una vez que el juez en turno dio la orden para que la Policía Federal se hiciera cargo del asunto, en conjunto con el mediador y de acuerdo al nuevo plan de emergencia para estos casos.
Minutos después de la liberación, el grupo especial de la policía revisó toda la vivienda y se tomó más de una hora para revisar todas las casas de la manzana, con el objetivo de corroborar que no permanecía en el lugar el ladrón prófugo.
Una vecina que se identificó como Silvia dijo que esta no es la primera vez que asaltan a una persona de esa familia, y que "ya debe ser como la tercera vez que los roban".