Robos ponen en jaque a una escuela agraria

La comunidad educativa del colegio agropecuario Juan XXIII pide a las autoridades municipales y provinciales que ayuden a terminar con la ola de robos que pone en jaque las actividades prácticas que se llevan a cabo en el campo que tiene la institución educativa en 155 y 47, donde han perdido herramientas y animales a mano de los ladrones que han ingresado a esas dependencias. El problema de los robos en los colegios ha puesto la luz de alerta en la comunidad educativa, porque "contrarresta todo esfuerzo que se hace por mejorar la calidad educativa". Cabe indicar que el año pasado hubo unos 70 ataques a establecimientos educativos, según indicaron en la cartera educativa bonaerense.

Según María Teresa Flores, directora del colegio que es un colegio público con gestión privada por el aporte de docentes y alumnos, "ya se han robado varios planteles de conejos, pollos y herramientas que son de suma utilidad para las tareas que se realizan en el predio rural del colegio, donde se llevan a cabo distintos emprendimientos académicos prácticos para la escuela que es de enseñanza agraria".

"La primera vez se llevaron 17 conejos, ahora se llevaron 13 conejos. Nos han dejado sin animales. Porque a eso debe sumarse los 50 pollos y gallos que se han llevado en reiteradas oportunidades", agregó la titular del colegio atacado, quien dijo también que "hemos perdido herramientas por un valor importante, que cuesta mucho reponerlas".

PIDEN UN ALAMBRADO

Lo que piden en el colegio que "es que pronto se haga un alambrado que brinde mayor protección al predio, que también necesita de una buena iluminación complementaria para la calle 46".

"Tenemos la promesa de la Municipalidad para hacer un alambrado en el predio, pero hasta ahora ha sido sólo eso. También se presentaron notas en distintas dependencias para que terminen estos ataques que ponen en riesgo la posibilidad de llevar a cabo como corresponde las actividades que se realizan en el predio, principalmente aquellas que son de carácter práctico, vital para la formación de los alumnos que estudian en este establecimiento escolar", indicó Flores a este diario.

También hubo referencias para el rol de la comisaría en la zona. El predio del Juan XXIII depende de la comisaría cuarta, que está ubicada en diagonal 73 y 42. "Hay mucha distancia y no pedimos que se instale un policía en forma permanente en el colegio, pero habrá que encontrar algún sistema de prevención que nos permita tener un poco de seguridad en ese campo. Ya hablamos varias veces con las autoridades, pero hasta el momento no se han encontrado las respuestas para terminar con esta práctica delictiva que afecta a la normal actividad del establecimiento", apuntó la directora del colegio.

UNA SEGUIDILLA PREOCUPANTE

Este caso se suma a otros que fueron denunciados por diferentes colegios de la región. Según algunas fuentes consultadas, "los ataques han recrudecido en los últimos años. La sociedad está diferente. Es lamentable, pero por ahí se destruye lo que más hay que cuidar", han opinado desde el consejo escolar de La Plata.

Muchos colegios fueron atacados en los últimos ciclos lectivos a pesar de que extreman medidas de seguridad, con la colocación de rejas, refuerzos en las puertas, alarmas, o bien levantan sus paredes y muros perimetrales para conseguir un poco de seguridad.