“El agua ya está en un metro y medio, por favor que alguien nos mande botes”

OLEAJE EN EL CASCO URBANO

“Mi casa es la única de alto del barrio. Acá hay dos metros de agua y unos cuarenta vecinos en la planta alta. Necesitamos urgente un gomón. Una mujer está embarazada y otra tiene un bebé”. El desesperado llamado de Soledad Chávez, de calle 135 entre 69 y 70, fue uno más entre decenas y decenas que se recibieron en la redacción de este diario. La gente pedía por un bote para poder salir de su vivienda inundada y no obtenía respuesta.

Desde City Bell, otra mujer se comunicó para preguntar adonde debía llamar para que alguien fuese a retirar a su pequeño hijo que estaba en la casa de los abuelos, en 9 y 35. “Es que no me puedo comunicar”, relató, con tono desesperado.

Algo similar ocurrió con Mónica, vecina de la zona de 14 y 43, quien no lograba salir de su vivienda con su niño de tres meses. “Llamé a los bomberos, a Defensa Civil, a la Municipalidad, pero no me responden”, indicó entre sollozos.

Una tras otra, las historias de gente atrapada en sus propias casas se fueron repitiendo, y a medida que la noche y la falta de luz ganaron la Ciudad, a los vecinos los fue ganando la desesperación y el desconsuelo.

La desesperación ganó a miles de vecinos, y muchos también, que pudieron hacer algo por el prójimo no dudaron en actuar. Como hizo un joven en 68 entre 25 y 26, que intentó llegar hasta la casa de un familiar cuya vivienda se había inundado y al escuchar el grito de pedido de auxilio de una mujer de avanzada edad la socorrió a ella y al marido.