Días de furia y tragedia ponen en jaque al fútbol

LOS HINCHAS DE INDEPENDIENTE HICIERON PUNTA EN ESO DE GENERAR EPISODIOS DE VIOLENCIA

ENFOQUE
Por EDUARDO TUCCI

Hablar de “violencia en el fútbol” ya no alcanza para referirse a una realidad cotidiana colmada de episodios tan dramáticos como inexplicables, que se han incorporado al deporte más popular de los argentinos. Estamos frente a “la tragedia del fútbol” que nos sigue mostrando su cara más cruel dentro de los propios estadios, en los trayectos que los hinchas deben recorrer para llegar hasta un partido, en un entrenamiento o en alguna dependencia de cualquier club del país.

La lista negra de horror y muerte acaba de incorporar otro capítulo que tuvo como escenario el Estadio Unico, pero no hace mucho otra víctima debió ser rescatada sin vida del natatorio que funciona en el club Racing, de las entrañas del estadio de Vélez o debajo de una tribuna, como ocurriera en el estadio Monumental.

Sin ir más lejos, en las horas previas al luctuoso episodio que involucró a la hinchada Granate, el fútbol se ganó un lugar de privilegio en las noticias policiales con varios hechos resonantes. Pasando revista a este verdadero archivo de la vergüenza, nos encontramos con 80 barras que entraron por la fuerza a la práctica de Independiente Rivadavia de Mendoza, le pegaron a los jugadores y arrojaron bombas molotov y que luego de la derrota de Racing ante Quilmes, un grupo no identificado atacó las sedes de la Academia en Villa del Parque y Avellaneda, con poderosos explosivos.

Pero la locura en los últimos diez días dejó más capítulos para el asombro: antes de Argentinos-River chocaron barrabravas millonarios con el saldo de un apuñalado y también se detectó que el barrabrava Di Zeo tenía 800 entradas para ir a la cancha de Racing. Por ese motivo se prohibió la asistencia de la hinchada de Boca a ese encuentro.

Hay más: en la cancha de Vélez debió suspenderse el partido con All Boys por graves disturbios en la tribuna visitante y en el transcurso de River-Independiente, la furia de los hinchas del Rojo provocó roturas y agresiones.

IRRACIONALIDAD

La recorrida no deja lugar a dudas. La irracionalidad nos está ganando la partida frente a la inoperancia de quienes deben conducir la situación. Las situaciones anómalas pasaron a ser casi una cosa de todos los días, con barras que se matan en peleas internas para repartirse el poder y la plata mientras muchos dirigentes miran para otro lado.

Lo ocurrido en Estudiantes-Lanús no es ni más ni menos que la prosecución de una situación que se ha venido extendiendo como si nada en la escenografía que nos ofrece el fútbol de todas las categorías.

Prohibir la asistencia de público visitante es ponerle un parche al tema, pero no una solución al problema de fondo. En definitiva, impedir la asistencia de público es lo mismo que suspender la circulación de vehículos en la vía pública para evitar los accidentes de tránsito. Se requieren otras medidas, mayor compromiso y rigurosidad.

Frente a este preocupante cuadro de situación, Futbolistas Argentinos Agremiados pretendió llamar la atención de las autoridades y el público en general motorizando hace pocas semanas un “Minuto de piernas caídas”, que cumplieron los equipos antes de iniciarse cada encuentro. El llamado a la reflexión pasó totalmente desapercibido como tantas otras iniciativas abordadas.

Hace falta atacar con decisión el tema y esto no es nuevo. Es más, la reiteración del concepto resulta aburrida. La sensación de impunidad se amplía, la necesidad de acciones decididas se transforma en una obligación de la hora.