Otros análisis del fin de semana

LA PRESIDENTA Y SU CANICHE EN VIAJE PARA EL SUR

Joaquín Morales Solá
LA NACION

“No era éste el final que Cristina Kirchner imaginó cuando prometía reformas y consensos, hace ocho años. La realidad ahora es muy diferente: su Gobierno se está parapetando en el último refugio, detrás de espías mandados por un militar y por fiscales que tienen la orden de licuar hasta la nada las causas de corrupción”, arranca su comentario Morales Solá, y advierte: “Por primera vez, la agenda política la impuso alguien que no es ella: jueces y fiscales independientes se ocuparon de mover la política al ritmo de sus decisiones”. Dice que Cristina “a la fractura social, que es perceptible en la Universidad, entre intelectuales y artistas, en el periodismo y en la sociedad toda, le agregó ahora una grieta profunda entre funcionarios judiciales”. Añade que la discusión de fondo se encierra en una pregunta muy sencilla. “¿Están los fiscales en condiciones de llevar adelante una investigación contra el poder en las actuales condiciones?”.

Mario Wainfeld
PAGINA 12

“El juego está abierto” es el título de la columna de Wainfeld refiriéndose a las perspectivas electorales de este año. “A principios de 2011, en vísperas de las anteriores elecciones presidenciales, la prospectiva política era más clara que la actual, pero no polarmente distinta. Una gran diferencia era que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner podía ir en pos de la reelección”, compara. Y agrega: “Cuatro años no pasan sin dejar huella y la historia no se repite, aunque tiene continuidades remarcables. El oficialismo sostiene la gobernabilidad, con niveles razonables de aceptación social. Es más complejo, acaso imposible, augurar con certeza el veredicto popular de 2015”. Sobre la oposición, dice que “no consiguió quebrar el núcleo duro de adhesiones al FpV. Tampoco produjo desplazamientos en masa de dirigentes o militantes” y considera que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, “seguramente fue quien más mejoró su posición relativa”.

Eduardo Van der Kooy
CLARIN

“Los Kirchner levantan defensas ante el avance judicial contra Báez por lavado de dinero”, sostiene y cuenta que “falló a último momento una maniobra defensiva de Cristina y de los suyos. El fiscal antilavado, Carlos Gonella, se aprestaba a impugnar a su colega, Guillermo Marijuán, por haber centrado la investigación contra Lázaro Báez en la evasión impositiva y no en la pista del lavado de dinero. Marijuán, advertido tal vez por alguna infidencia, lo madrugó: pidió la indagatoria del empresario patagónico K por sospechas de lavado”. Agrega que “el progreso contra Báez desnudaría el problema mayor para Cristina. No se trataría del empresario. Sería su hijo Máximo, el jefe de La Cámpora”. Por otra parte, dice que el kirchnerismo parlamentario cumplió con otra directiva presidencial. “Se juntó un 29 de diciembre-inaudito según las costumbres- para sancionar la ley que permitirá votar este año, junto a las primarias, los legisladores para el Parlasur, un organismo que recién está previsto que comience a funcionar en el 2020. Hasta entonces podría haber 43 virtuales ñoquis”. Y sentencia: “Estaría claro que el kirchnerismo sólo habría pretendido facilitarle la posibilidad de fueros a Cristina cuando esté en el llano”.

Fernando Laborda
LA NACION

En la misma línea de otros comentarios, Laborda señala que “el principal objetivo” del gobierno de Cristina en 2015 “pasa por blindar su retirada y por pilotear la economía de tal manera que afecte lo menos posible las perspectivas electorales de su partido, pero trasladándole todos los desequilibrios a quien la suceda”. Agrega que el Presidente que asuma el 10 de diciembre próximo, “lejos de encontrar un jardín de rosas, se hallará ante un campo minado con bombas de tiempo de las más variadas formas. Al menos de eso están ya persuadidos dos de los principales candidatos de la oposición, como Macri y Massa”. En ese sentido, dice que “con menos de un año de mandato por delante, la actual Presidenta carece de incentivos para hacer grandes rectificaciones económicas. Los costos políticos y sociales de cualquier ajuste serían inmediatos, en tanto que los supuestos beneficios serían disfrutados por el próximo gobierno nacional”.

Sergio Crivelli
LA PRENSA

“2014: el año del ajuste y la pelea con los jueces federales”, es el balance que hace Crivelli del año que pasó. Luego dice que ”contra lo que predica”, la Presidenta “aplicó un ajuste ortodoxo para evitar que la economía se descontrolara. Paradójicamente la imagen de su gestión mejoró. La intención de voto para Scioli, también”. De todos modos, dice que los datos del Indec confirmaron lo que se podía comprobar sin necesidad de estadísticas: la economía sigue a la baja. El PBI cayó el 0,8% en el tercer trimestre y para todo el año las consultoras privadas calculan un retroceso de entre el 1 y el 2%.